Ítaca, con acento, era la ciudad y patria de Ulises, el héroe de la guerra de Troya, cantada por Homero en la Ilíada y el que urdió su destrucción con el caballo. Como ciudad no tiene plural, pero si lo tomamos metafóricamente, las Ítacas podrían significar nuestros orígenes, a donde siempre queremos volver después de los avatares de la vida.