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Significado de amor eterno por lidia ines




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lidia ines

amor eterno
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¿LAGRIMAS DE AMOR¿ ¿Cuentan que un día, caminaban por el valle, un Padre con su hijo, llevaban caminando mucho tiempo, hacia mucho calor, estaban cansados, y tenían mucha sed, en eso se adentraron en un pequeño, pequeñísimo bosque, que al entrar, parecía, como dirían, otra dimensión, y se encontraron con un bello, pequeño, y tranquilo arrollo, en donde nacía y corría el agua fresca, calladita, y cristalina, que calma la sed, y refresca el corazón cansado. El joven sin pensarlo, se adelanto, y metió sus manos en el agua, tomo, y tomo el agua en silencio, y pensativo, luego lavo su cara, la lavo nuevamente, una y otra vez, y su Padre solo lo contemplaba, el, sabia lo que le pasaba a su hijo. Y con el corazón apretado, le pregunto, Padre: ¿Qué te pasa hijo? Hijo: ¿No lo se padre, cada vez que llevo el agua a mi cara, siento como que no son mis manos las que tocan mi cara, las siento distintas, mas pequeñas y suaves, por eso lo hago tantas veces, mi sed se calma, pero, ¿Qué es lo que siento aquí en mi pecho padre? siento pena, siento muchos deseos de llorar, y sin poderlo evitar, rompe en un llanto que partía el alma de su padre, que solo lo contemplaba y esperaba, pasa largo rato, y el hijo ya un poco mas calmado pregunta entre sollozos a su padre. ¿Por qué padre, por que, dígame usted que es esto que siento? Padre: Escúchame hijo, escúchame, el padre muy acongojado, se sentó a su lado y le dijo, te contare el encanto de este misterioso arroyito. Contaba mi padre, que hace muchos años atrás, en el verano, llego una niña por estos lugares, era muy traviesa, una niña, (y el padre piensa para si, para mi, la mas linda que yo había visto) y muchos jóvenes se hicieron amigos de sus hermanos y de su madre, para poder pasar a saludarlos, pero era solo para verla a ella, pero todos ellos, (nos) se tuvieron que conformar con solo mirarla de lejos. Y que conoció a un joven campesino, la niña era mas joven que el, pero ella no lo vio así, porque al encontrarse por primera vez en el monte, los dos solo se miraron, se miraron al fondo de sus ojos, y se enamoraron el uno del otro. Desde que él la vio, no podía estarse quieto, cantaba, reía, se sentaba, a veces pensativo, y que el moría de tristeza, esperando verla, aunque fuera a lo lejos. A veces pasaban días, y días, y el esperaba, porque a la niña casi nunca la dejaban salir sola, pero pasaba algo, algún descuido, de los mayores, y ella se desaparecía como rayo, solo unos segunditos, se encontraban y solo se miraban, unos segundos que para ellos era, como tomar una estrella. Y daba una pequeña y veloz carrera, y se encontraban, ella, con su carita iluminada de amor, un sentimiento que desconocía, y no sabía lo que le pasaba, lo que sentía al verle a él. Él, la contemplaba lleno de amor, amor puro y limpio. Pero no hacia nada para no asustarla, se miraban largo rato a los ojos, Puros como esta agua, y de nuevo ella a correr, antes que la extrañaran. Ella siempre estaba corriendo, para verse un pequeño ratito, que colmaban de amor sus ojos, y lo que su puro corazón por el sentía, Y un día se miraban, y él le acaricio su rubio y largo cabello, y se lo cubrió con flores silvestres de mayo, amarillas, las blancas y fragantes del arrayán, le formo una corona de ramitas de laurel, luego la contemplo, y¿ Como si tomaran sus rudas, y ásperas manos, al pajarillo más delicado, puso sus labios, en los de la niña, ella lo miro con unos ojos que parecían, el mismo amanecer, cuando el Sol da sus primeros rayos, y sus labios inocentes, Los cuales eran como un botón de rosa al amanecer, frescos y suaves. Y el le dijo ¿perdóneme¿ ella no dijo nada, y se acerco a ella, sintiendo sus latidos, y con gran delicadeza, tomo el primer beso de ella, y que solo los acompañaban los cantos de los pajaritos, y el aroma de arrayanes, laureles en flor, y canelos, el tranquilo canto del estero, mudo testigo de lo que paso, luego ella se fue, pero esta vez se veía muy distinta. Parece que no corría, volaba, y las flores fueron cayendo, quedando a lo largo del camino en su veloz carrera. Luego para esos enamorados, llego el tan largo invierno, casi ni se vieron, el pasaba por su casa, y saludaba, él la miraba, acariciándola con la mirada, ella se sonrojaba, y su madre empezó a darse cuenta de que algo le pasaba a la niña, ella lo miraba, con sus ojos puros y llenos de amor, cuando el llegaba a la casa, su madre, siempre le decía a la niña que se retirara. Y la niña en silencio se retiraba, y siempre su madre, la encontraba que estaba dormida, ella se dormía a soñar lo que no podía ser realidad. Llegó la primavera, y con la complicidad de una hermana, que había llegado de visita, se veían más seguido. Pero les duro muy poco esa felicidad. Su madre lo supo, y furiosa le sentencio a la pobrecita niña diciendo. ¿Te vas de vuelta a la ciudad con tu hermana, en unos días mas¿ ¡Y no volverás a ver nunca más en la vida, a ese campesino! Y la niña, a partir de ese día, empezó a verse triste, casi ni reía, ya no se le veía corriendo, y cada día que pasaba, era un día menos para ellos. Solo se veían cuando el pasaba por el camino, y a veces a saludar de pasada. Pero con la ayuda de su hermana, se las arreglaron para despedirse, y cuentan que, se encontraron en el monte, y se abrazaron en silencio llorando. Y él le dijo.¿Se que usted se va, que su madre la manda de vuelta con su hermana, pero yo se que volverá, que un día usted llegará, y aquí estaré¿ Y en silencio se abrazaron, por ultima vez, como queriendo fundiese el uno al otro, él desolado y lleno con ese tan puro amor por ella, le dijo. ¿Yo la voy a esperar hasta que usted sea mas grande, y sé que un día usted llegará, y aquí estaré esperándola, usted, algún día volverá.¿ ¿Cierto que volverá? ¡Júreme que volverá, por favor! ¡Si, le respondió ella, yo vendré, regresare a usted, espéreme! Y entonces el le dijo. ¿Le prometo que yo no me casare con otra mujer si no es con usted, se lo juro, la voy a esperar cada día de mi vida¿. Y esta vez, esa pobre niña, no corrió, camino tan lento, tanto como corrían sus lágrimas, y se transformo en una niña solitaria y muy triste, alguien dijo que la escucho maldecir, y maldecirse a si misma con mucha rabia, y decir que no querría a nadie nunca más, que solo sentiría odio, ya que le quitaban lo único que ha quien ella quería, a él. Y cuentan que esa niña, lloró durante mucho tiempo, meses, talvez años, pero no podía regresar, aún era muy joven, y el tiempo a veces hijo, pasa muy lento, trágicamente, demasiado lento, para el que espera, y sueña enamorado. Y fueron pasando los años, ella esperaba volver, faltaba poco, sabia que la estaban esperando, cada día faltaba menos, para ir hacia su amado, y reencontrarse con el, y por fin se dijo. ¿Se que él me espera, y yo iré a reunirme con él, y nos casaremos, y tendremos hijos, hijos del amor, en unos días mas, me voy.¿ Lo que ella no sabia, era que un chacal la acechaba desde hacia mucho, mucho tiempo, y un día le cayo encima, a golpes, destrozo su pureza y su alma, y aquél maldito, ese animal le robo, aquél tesoro que ella con tanto celo había cuidado durante años, y era para su amado, y no le quedó, nada, ni esperanzas para seguir viviendo, ya no tenia nada que darle, que regalarle a él. El mundo de esa niña, quedo sucio, toda ella estaba sucia, paso un corto tiempo, y después de pensarlo mucho, regreso al lugar donde esperaban por ella, ella pensaba, ¿No fue mi culpa lo que me paso, y talvez él me acepte igual¿ Pero no fue capaz de quedarse, sintió vergüenza y miedo, de pensar que él, al saberlo, la rechazara, y decidió partir, todavía no aclaraba cuando se fue, nadie la vio, nadie la sintió, talvez aún era de noche cuando partió, dicen que camino muchas horas, todo un día, le llegó la noche y seguía caminando, caminando y llorando su desdicha. El cansancio la venció, y pidió en una casita, que la albergaran por aquella noche, y la sintieron levantarse al aclarar, le pidieron que se quedara, ella solo los miro, y les dio las gracias, las personas que la acogieron, quedaron con el corazón tan dolido al ver a esa solitaria niña, y escuchar su silencioso llanto durante la noche, pero ella los miro, y se fue, siguió caminando, y llorando. Algunos decían que se fue a la ciudad, otros decían que había muerto de tristeza, otros que se adentro al monte, y se tendió a la sombra de estos árboles, los que sus dueños nunca han querido cortar, en recuerdo de ella, y de ese Amor, para que ella siga aquí, y no muera su historia de su tan puro amor de niña. Dicen que se tendió en las hojas, y que fue tanto lo que lloro su desdicha, que nació este arroyo, en el cual el que viene con sed, con tristeza, se calma, ella esta aquí, y siempre estará aquí, esperando sanar las heridas del alma, de los que aquí se detienen, les sana las heridas, las penas de olvido, un dolor de amor, una desilusión, y les da fuerzas para seguir, con el alma refrescada. El hijo miro a su padre y le dijo. ¿Será por eso, que el agua corre tan suave, y lenta? ¿Como debe correr una lagrima en la mejilla de un ángel¿ Y las hojas que arrastra el agua, la adornan como si fuera su largo cabello. Hijo: Pero padre, ¿que paso con él? Porque él que le dijo que la esperaría, ¿Y el no cumplió, cierto? Padre: Bueno hijo, el si la esperó, la esperó cada día de su vida, desde que ella se fue, no se casó, como se lo juró a ella, y cada tarde, si no llovía, salía Y se sentaba a esperar, el la esperaba ver llegar. Con la vista perdida hacia el valle, al camino, hacia el estero, el que ella siempre cruzaba saltando en las piedras, su madre y sus hermanos, le decían, ¿Éntrate hombre, que esta llegando la noche¿ y por respuesta escuchaban lo mismo de siempre, ¿ella llegará, yo se que algún día llegará,¿ Su madre, veía como su hijo se consumía, y que moría de amor, y de espera. Él, dejó de cantar desde el día que se despidieron, y ella dejó de reír, desde que aquél maldito chacal destrozó sus ilusiones, esperanzas, y sus ganas de vivir. Hijo: ¿Y que paso con él padre? Padre: Bueno, pasaron los años, y un día el también se encontró con otro chacal en el camino, el cual le hundió un mortal puñal en su pecho, y antes de de morir, agonizante, tendido en la tierra, en el camino, dicen que destrozaba el alma de los que le escucharon, y que decía, con su ultimo aliento antes de morir. ¿Yo se que llegará, yo se que llegará, yo se que llegara aquí, a mi.¿ Y murió. Hijo: ¿Y ella nunca llego, cierto padre? Padre: Si vino, después de muchos años vino, ella llego un día, pero ya era muy tarde, él ya no estaba esperándola, vivo. Cuentan que la han visto caminar por estos caminos, y que llego al lugar donde el quedó sin vida, tratando de controlar su tristeza, porque no venia sola, ella esparció semillas de flores, y en ese lugar, siempre, hay flores. Dicen que le puso lo que pudo haber sido su casita, y en el techo, una leyenda que decía. ¿Gracias por esperarme, y amarme hasta el día que le robaron su vida¿ y puso su nombre, y en toda la montaña, sobre todo, los jóvenes y enamorados, saben su nombre, es muy bonito para mi. En una ocasión que vino, por el camino se cruzó con el asesino de él, se miraron tan fijamente, que los que estaban con ella, sintieron un escalofrío en el alma, ella no lo conocía, pero él si a ella. Después le contaron quien era ese hombre, y dijo ¿Y porque no me lo dijeron ahí mismo, en ese momento? (Pero ellos no se lo dijeron, porque sabían lo que hubiera pasado) También cuentan que después, le mando un mensaje, al que mato a su amado, cuentan en el que le pedía, que nadie sabe en cuantos años, se encuentren en el mismo lugar, donde el mato a su amado. Unos dicen que le pide que allí, por favor que la mate a ella, otros que ella lo matara a él, solo los años darán esa respuesta, a tanta espera, y dolor. Hijo: ¿Y ella padre, que paso por fin con ella, murió? Padre: No, ella no cumplió su promesa, y ella si se casó, y tuvo hijos, lo que si se supo, es que nunca fue felíz, a lo mejor fue por la culpa de no haber cumplido su palabra, y no regresar, donde la esperaban con amor de verdad. Se contaba que se fue a tierras muy lejanas, donde el jamás llegaría a ella, pero que llevaba esa pena en el alma. Y que ella, cada noche en el silencio, con su cara pegada a la almohada, mientras lloraba en silencio, repetía como una oración, ¿Espéreme, espéreme, por favor espéreme¿ Ella pensaba regresar cuando sus hijos crecieran. Y los años, muchos años, fueron pasando, y ella esperando. Hasta que en un momento, lo decidió, al venir a una ciudad, cerca de estos lugares, se dijo, ¿Esta vez, no regresare atrás, se que él me espera, que me ha estado esperando durante tantos años, y podré por fin ser feliz aunque sea poco tiempo¿ Y dicen que llego un verano a casa de su madre, conversaron mucho rato, Más bien, ella escuchaba a su madre, en un momento, su madre le dice. ¿Tuve visitas de sur, y me contaron todas las novedades¿ Que bueno madre. ¿Y que se cuenta de por allá? ¿Sabes a quien mataron, chiquilla? ¡No madre! ¿A alguien que yo conocía? ¡Si!, dice su madre en forma muy despreciativa, ¿A ese campesino que conociste, cuando tu eras una Niña.¿ Y esa pobre mujer, lo único que pensó. (¿ya nadie espera por mí.¿) Y sintiendo un dolor tan sumamente grande, en su gastado corazón, El dolor que nos da la muerte, al llevarse a quien se ama. Tragándose el llanto, la desesperanza, y la rabia. Y recordando en ese momento, la promesa que él le había echo, tantos años atrás, le pregunta a su madre, ¿Y la viuda madre, quedo con hijos pequeños? ¡No! Responde su madre, me dijeron que él nunca se casó, ni tuvo hijos con ninguna mujer, y que cuando se lo preguntaban, porque no se casaba, y, ¿Por qué vivía en las nubes¿ el les respondía, ¿ya llegará ella, ella, la mujer de mi vida a la que he estado esperando siempre, durante tantos años.¿ Y no le sacaban ni una palabra más. Y ella regreso hacia atrás, tuvo que regresar, ya que nadie esperaba por ella, nada tenia sentido, se le termino la esperaza, para ella fue otro cruel golpe de la vida, regreso al duro mundo del desamor, de la soledad, y la desesperanza. Y dicen que a partir de ese día, todo lo vivía con resignación, como pagando la culpa, porque ella si se casó con otro, de no regresar a tiempo, y ser felices. en las noches al estar todos dormidos, salía afuera a llorar su desdicha, muchas veces, la descubrió el aclarar del día, y lloraba, lloraba siempre que podía estar a solas, con su gran dolor, que nadie supo nunca. Sus hijos, muchas veces le preguntaron que le pasaba. ¿Estaba llorando? ¡No! ¿Estaba picando cebolla, o me entro una basurita a los ojos, les decía¿ Pero en más de una ocasión, alguno de ellos le dijo. ¿Y en los dos ojos? A lo que ella solo decía. ¡Si, en los dos! Padre: Pero dime algo hijo. ¿Cuándo fue el tiempo para ella? Hijo: El hijo responde, perdóneme padre pero. ¿La madre de ella le robo el tiempo, y la felicidad.¿ (El padre pensando en voz alta, dice) ¿Pero los que la conocimos, no la olvidamos nunca.¿ Y el hijo al escucharlo grita. ¡USTED LA CONOCIO PADRE, A ELLA LA CONOCIO! Padre: y el padre sonrojado responde. ¡Si hijo, la conocí! La vi muchas veces, escondido, como otros muchachos de mi edad, la contemplábamos, la veíamos pasar, corriendo, siempre corriendo, para verse un ratito con su amado, y la toque un par de veces al saludarla. No me atrevía a mirarla a los ojos, ella me hubiera pillado que yo la quería, solo a mi madre se lo conté, como un gran secreto. Una vez le tome su mano, tan pequeña y delicada, como su pureza, Y un día recuerdo, casi me morí, porque me pillo mirándola, y ella me preguntó ¿Oiga, porque usted mira por debajito del sombrero¿? Y le respondí, que apenas se escucho. ¿Es que me da el sol¿ ¡Ah, es por eso dijo, con una sonrisita! burlonzaza diría yo, y es que tonto de mi, no me fije que estábamos adentro, a la sombra pues hijo, y me tuve que aguantar nomás, el no poder decirle. ¿Es porque la quiero a usté, po¿ y mas encima, si su madre me hubiera escuchado me hubiera echado a palos yo creo. (Y pasaron varios años) Recuerdo que, en una ocasión que vino por estos lugares, la encontré en el estero, estaba con sus pies, y las manos en el agua, con la vista perdida, y sus cabellos ya no eran largos y rubios, se le veían plateados, y sus lagrimas silenciosas, caían al agua, ella no me sintió ni me vio, si tu supieras hijo, el valor que tuve que tener, la voluntad, de no fallarle a tu madre, y no correr donde ella estaba, y poder decirle. ¿Yo ha usted siempre la quise, y la he amado, desde que era jovencito¿ Pero no pude, y solo me quede a contemplarla, muy largo rato, me pareció que el día se detuvo, y mi corazón se me apretó al escucharla, cuando se le escapo lento y pausadamente, como un suspiro, y dijo. ¿Que lastima que este estero, no tenga la profundidad que tiene el río BIO-BIO, de allí no saldría nunca, nunca, pero ya veremos. Ya veremos¿ Y mire a su hermana que la esperaba silenciosamente, un poco mas retirado de ella, y solo me miro, se veía muy triste de verla a ella allí, a su hermana, tan sumida es sus recuerdos, cuando cruzaba el estero, de regreso de verse con él, felíz y corriendo, sus sueltos cabellos al viento, y que para mi eran lo mas lindos. De regreso hijo, esta vez fui yo, el que hizo el regreso más largo, no quería regresar a mi casa, y me quede en el monte asta el otro día, cuado ya no me quedaban lágrimas, ya que comprendí que no la volvería a ver nunca más. Hijo: Padre. ¿Y usted tanto la quiso, o todavía la quiere? Padre: Si. Y al verla nuevamente, tan indefensa y sola, me di cuenta que la quiero todavía. ¡Si él no hubiera sido mi hermano! Hijo: ¿Su hermano? ¿Y por qué usted nunca le dijo ha ella, que usted la quería? ¿Por qué no lucho por ella, padre, porque fue cobarde? Padre: Por respeto a mi hermano, porque yo era mas joven que el. Pero cuando yo supe que había venido, años atrás, yo si la vi. pero no le dije nada a mi hermano, talvez no estuvo bien, pudo ser que todavía les quedara una esperanza, de ser felices, pero talvez por egoísmo, o por celos, ya que yo no la tendría, pensé, él tampoco, la tendrá, y me calle, nunca se lo dije a el, después, ya no era tiempo. Pero yo si la abría aceptado, cuando vino, como un pajarito herido, derrotado y tan dolido. Hijo: Padre. ¿Y a mi madre, la quiere? Padre: ¡Si, la quiero, pero no como la amé, y la amo a ella! Hijo: ¿Y entonces cuando, y porque se casó con ella? Padre: Me casé con tu madre cuando esa niña, vino, y se fue con su dolor, pero nunca la he amado como la quise a ella, fue muy especial, era dulce, traviesa, inocente. ¡Y de cobarde no luche por ella! (Se hizo un largo silencio, luego el Padre retoma, y le dice.) ¿Te contaré que en una ocasión, en que ella fue a visitar a mi madre, y ella andaba por los castaños, mi otro hermano menor, que a él también le quitaba el sueño, la agarro, y quiso darle un beso, pero ella parecía un pececito, como se defendía, y se le escurría, pero después de patearlo, por supuesto, yo riéndome, los miraba escondido. Y mientras que ella lo miraba, le dijo,¿espérate nomás¿ y se sacaba con harta rabia, las basuritas, que se clavo, y las de su largo pelo rubio. Después le pregunte a mi hermanito, con unas burlonas risitas, que por qué se sobaba las canillas. ¿Me caí,¿ me dijo, yo le dije, eso no se hace hombre, a la niñita tenis que respetarla,¿o te caerás de nuevo, pero conmigo¿ Con el correr de los años. Muchos como yo la han visto, por los caminos del monte, dicen que sus ojos no se olvidan, yo mas que nadie lo sabe, que son los mas tristes que se hayan visto, toda ella ahora es el atardecer. Se alejan el padre con su hijo, después de caminar un rato, el hijo le dice a su padre. ¿padre, no se porque, pero tengo mucha tristeza¿ ¿Podemos volver al arroyo un ratito? Su padre lo mira y le dice, vamos, vamos de nuevo hijo, cuando llegan, él le dice a su hijo, calma tu sed, y lavémonos la cara, que tu madre no sepa, y no se de cuenta que lloramos, y prométeme como hombre, que nunca le contaras de esto a tu madre, para que no valla a sufrir, es una buen mujer, yo te espero hijo, yo te espero. Y al meter las manos en el agua, el hijo le dice. Padre, ¿Como puedo sentir yo, que son sus manos? Padre: Por el amor, hijo, por el amor. Luego se van al camino de nuevo, y después de caminar en silencio, el hijo le dice a su padre. Padre, cuando lleguemos a la casa ¿Usted puede ir a pedirme a sus padres, a la niña que yo quiero, y la que será mi esposa? Padre: Si hijo, iré a pedirla. Hijo: ¡Por favor padre, no quiero que venga un cruel asesino y le cause daño, como a esa niña! ¿La que fue, como la niña de sus ojos.¿ ¿Cierto Padre? Padre: ¡Si hijo, eso fue. ¿La niña de mis ojos, y allí, permanecerá! Hijo: Padre. ¿Pero la va a pedir, ya? Padre: Bueno hijo, bueno, iré a pedirla a sus padres, y se que tú si eres correspondido, y que serás muy felíz. Pero hijo. ¿Tú me hicieras un secreto favor? ¡Yo seria muy feliz! Hijo: ¡Dígame padre! Padre: Si cuando tú te cases, y si tienes una mujercita. ¿Le pondrías el nombre de ella, por lo menos para poder decir su nombre, muchas, muchas veces? Hijo: Si Padre, pero. ¡Dígame el nombre de ella! Y el padre se acerca a su hijo. (Y se lo dice. bien calladito) ¡Si padre, y ese será nuestro secreto! ¡Se llamara como ella! Lidia Inés.

  

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Que significa amor eterno en el diccionario de Español

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