Expresión que invoca a Dios como testigo de la verdad o justicia de algo. Esta expresión suele funcionar gramaticalmente como apódosis de una oración condicional, en la que no puede suceder que la condición (prótasis) sea verdadera y lo condicionado o apódosis sea falsa, "Si esto no es cierto, que venga Dios y lo vea", es decir, no puede suceder que esto no sea cierto y a la vez que no venga Dios a verlo.
"Un rizo lingüístico de un arzobispo: si Dios no existe, que venga Dios y lo vea"