Cometer un homicidio premeditado. Por extensión se aplica también cuando la víctima no es una persona, incluso cuando es un concepto y no un ser vivo, como la verdad, la democracia, el amor, ... Es un verbo creado a partir de asesino, palabra que llegó al español a través de sus versiones italiana, francesa e inglesa desde el árabe حشاشين (jayaayíin "drogadictos"), que era un nombre despectivo para los nizaríes, una secta chiíta famosa por organizar crímenes selectivos contra rivales políticos y militares durante el siglo IX. Se supone que sus sicarios eran consumidores de hachís, aunque también puede que el nombre sea solo un insulto ("marginales, viciosos") como un juego de palabras por su líder Hasan-i Sabbah (más conocido como El Viejo de la Montaña). Ver acecinar (preparar la carne en conserva").
"Los seres que han matado y se redimen, merecen el olvido y el perdón... Cien vidas no podrán borrar tu crimen ¡Asesinar la ilusión! (Alfredo Navarrine)"