Así llamaba Valle-Inclán a la calle Echegaray cercana a la plaza Santa Ana en el barrio de Las Letras en Madrid, antes llamada calle del Lobo. Nuestro primer nobel de literatura no tenía mucha aceptación entre sus compañeros literatos, sobre todo los del 98 y en especial Don Ramón que tenía un amigo en esa calle y al que llegaban sus cartas a pesar de todo. En cierta ocasión Don José Echegaray con ánimo conciliador le ofreció su sangre para una transfusión cuando Don Ramón ya estaba muy mal. "No, la sangre de ese no. Está llena de gerundios", dicen que dijo.
"En la calle del viejo idiota n.º 16 vivía el poeta Nilo Fabra, amigo del creador del esperpento."