Esta locución adverbial que muy bien define nuestro compañero Jorge Luis me trae a la memoria un chascarrillo que contaba en el Congreso de diputados de España Manuel Fraga, q. e. p. d., ministro en la dictadura , parlamentario en la democracia y uno de los padres de la constitución. Contaba Fraga que en la época del Flautista de Hamelín había llegado a un pueblo un forastero diciendo que él también mataba ratas y ratones, y que se lo haría más barato que el matarratas que tuvieran, de modo que lo contrataron. Entonces el forastero se colocó en medio de la plaza junto a un banco, abrió una navaja de buen tamaño que llevaba y les dijo: ¡venga! ídmelas pasando de una en una, una tras otra.
Sinónimos de uno tras otro son en fila india
la palabra insolito está incorrectamente escrita y debería escribirse como "insólito" siendo su significado: Del adjetivo latino insolitus -a -um (in: prefijo negativo y solitus: participio pasivo de soleo que significa acostumbrar, soler, ser costumbre): insólito, no habitual , raro, extraño, inusual, inusitado, infrecuente, inaudito, desacostumbrado, extraordinario..
Antónimos de la palabra insolito son frecuente normal habitual usual común acostumbrado cotidiano ordinario
"Frase de Ortega que no deberia ser insólita: "Cuando enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas""
ep¿tome está incorrectamente escrita y debería escribirse como "epítome" siendo su significado: Del griego epitomé epitomés: compendio, del verbo epitemno: abreviar, acortar, resumir. Es el resumen, la síntesis o sinopsis de una obra más amplia. A veces la capacidad de síntesis es tan importante o más que la de análisis.
tumultosamente está incorrectamente escrita y debería escribirse como "tumultuosamente" siendo su significado: Tumultuosamente: Adverbio de modo como todos los adjetivos terminados en -mente que significa con alboroto, atropello, desorden, escándalo, revuelo, follón, algarabía, alteración del orden, rebelión, confusión, impetuosamente, vehementemente, violentamente.
"Frida Kahlo vivió tumultuosamente, marcada desde niña por el sufrimiento físico, la enfermedad, la mala fortuna y el amor a la vida. ¡Mi admiración por Frida Kahlo!"
Diminutivo de pulpo, animal marino, octópodo, del griego: okto: ocho y pous podós: pie, porque tiene ocho tectáculos, llamado también cefalópodo (que tiene los pies en la cabeza: kephalé kephalés). Cocido y troceado se consume en toda España sobre todo por Semana Santa, tanto a la gallega o a feira con aceite y pimentón, como a la vinagreta. La costumbre de consumirlo por Semana Santa se debe a las antiguas normas de la Iglesia Católica de la abstinencia de comer carne o caldo de carne en la cuaresma, lo cual fomentó el consumo de de productos marinos y mejoró la dietética. No hay mal que por bien no venga
Este fragmento contiene algún extracto de pulpito sin tilde en en.wiktionary.org
"El pulpo a feira está exquisito"
Desestimular no existe como palabra RAE, sí existen desmotivar, desanimar o desalentar cuyos antónimos son estimular, alentar, animar, motivar, impulsar, promover, espolear, inducir, incitar, apoyar, premiar, incentivar, recompensar, apremiar, reanimar, excitar, aguijonear..
"Desestimular puede usarse, pero tiene una fonética algo más difícil que desanimar o desmotivar."
Término médico de etimología griega: brachys bracheia brachu: corto, breve, pequeño y kephalé kephalés: cabeza: cabeza pequeña. Deformidad craneal consistente en una aplanamiento longitudinal de la cabeza del recién nacido que afecta sobre todo a la parte occipital del cráneo quizá como consecuencia de dormir siempre boca arriba, cuando el cráneo aún no esta cerrado en la fontanela.
"Para evitar la braquicefalia se debe cambiar a menudo la posición de dormir del niño"
Y también jediondo, es un modo de pronunciar hediondo en algunos lugares de habla hispana como México, Cuba, islas Canarias, Andalucía o Extremadura, en los que la "h" inicial se aspira con más o menos suavidad convirtiéndola en gutural. Hediondo significa que huele mal, del verbo latino foetere: heder. Se aplica con frecuencia a plantas o animales que despiden mal olor, como el lirio hediondo o cañaheja hedionda (en Aliste cañafleja: cicuta o conium maculatum).
Sinónimos de que es gediondo son apestoso maloliente fétido pestilente nauseabundo
"En Aliste hay una fuente de aguas sulfurosas a la que llaman fuente fidionda"
Y también Amaya son nombres propios femeninos cántabros y vascos de origen indoeuropeo (amma: madre), convertidos también en topónimos como acredita la Peña Amaya, situada en Cantabria a casi 1400 de altitud, mazizo en el que se se edificó una ciudad homónima, mencionada en el siglo I en el itinerario de Barro como una estación de la calzada de los Blendios, que unía Legio VII Gémina (León) con Portus Blendium (Suances), localidad costera cántabra de unos 5.000 habitantes eminentemente turística.
Casco metálico protector de la cabeza en las armaduras de los caballeros de la edad media. Se usaba en las batallas y después también en competiciones y torneos con la celada, elemento móvil, con agujeros para la visión, que cubría la cara. Al ser un objeto no tiene antónimos. También se llaman yelmos, dos picos montañosos con esta forma, uno en la pedriza, en la sierra de Guadarrama, llamado también Peña del diezmo y otro en la sierra de Segura, en la provincia de Jaén, adaptado para vuelo en parapente.
trapesero está incorrectamente escrita y debería escribirse como "trapacero" siendo su significado: Quizá se quiera decir trapacero, que significa estafador, engañador, timador, embaucador, marrullero, tramposo. Hace algún tiempo un grupo de gitanos protestaba ante la sede de la Real Academia de la Lengua Española que está en Madrid al lado del Museo del Prado, porque el término gitano se asociaba a trapacero. Un representante de la RAE prometió que en la próxima edición se recogería la protesta, pero reconocía la acepción sociológica del término, porque hablando con la gente, todo el mundo dice que todos los gitanos no son así, pero que tradicionalmente muchos sí lo son.
"Trapacero probablemente viene de trapeza, mesa en que se ponían los banqueros de la Grecia clásica"
En Aliste, zona asturleonesa, es un pájaro que vive en praderas y espacios llanos y abiertos de cereal, que se mimetiza bien con el terreno. Su nombre científico es galerida cristata, la cogujada común en la que llama la atención la cresta de plumas que tiene en la cabeza como algunos jóvenes de hoy.
Plural de insecticida, palabra de etimología latina: de insectus: insecto, dividido en partes y el verbo caedo: golpear, herir, matar. Lo que mata a los insectos. El sufijo -cida se usa con muchos otros términos como homicida, genocida, infanticida, suicida, regicida, uxoricida...significando siempre "el que mata a"
"Los insecticidas aumentan la producción agrícola, pero si matamos las abejas ¡pobres de nosotros!"
Apelativo despectivo de paisana en Aliste. Cuando alguna moza que había estado algún tiempo en la ciudad volvía al pueblo muy arreglada, mi tia Vicenta solía decir: ¡qué atropos trae la piasca!. Piasca es también una localidad cántabra del municipio de Cabezón de Liébana con una iglesia románica preciosa
"Al ver los pendientes de aro grande: ¡Qué emborlas trae la piasca!"
sindrome de estocolmo está incorrectamente escrita y debería escribirse como "síndrome de Estocolmo" siendo su significado: Respuesta síquica de complicidad que algunas víctimas de abusos o secuestros experimentan hacia los causantes de los mismos, quizá como mecanismo de autoprotección inconsciente frente a un ataque de las fuerzas del orden. Esta denominación la acuñó el siquiatra Nils Bejerot en 1973, asesor de la policía sueca en el asalto del banco de crédito de Estocolmo del 23 de agosto de ese año, observando las reacciones de los rehenes ante su cautiverio.
"Dicen los siquiatras que este síndrome se da preferentemente en las personas víctimas de abusos anteriores"
Mondongo: Mezcla de migas de pan, azúcar y la sangre del cerdo de la matanza alistana, que se entripaba en el intestino grueso limpio del cerdo , cortado y atado cada 15 ó 20 cms para formar las morcillas, que después se cocían en la manteca que se derretía en una caldera colgada de las llares de la cocina.
"La faena de meter el mondongo en la tripa y atarla por los dos extremos solían hacerla las mujeres"