En el norte del Estado de Sonora, México, cuando era niño la palabra "songo" se utilizaba para caracterizar a una persona seria, callada que, en pláticas o en familia, salía con ocurrencias, dichas oportunamente, decía cosas que podían hacer reír o causar asombro. El songo se quedaba serio. no participaba de la risa. Los adultos le decían a uno "eres un songo".