1- Lo que decimos es de tal importancia, que por el silencio debido a la atención de los presentes, se hace eco en el lugar de reunión. Por lo tanto es escuchado por todos lo expuesto.
2- Predicar en el desierto. Es desgastarse hablando y no ser escuchado, haciendo perder nuestro tiempo con quienes ni quieren saber ni aprender. Solo escuchamos nuestra propia voz.
Usado así en Chile