Así se llamaba en los últimos años de la dictadura y al inicio de la transición la última fila de asientos de los cines con muy mala visibilidad, pero muy solicitados por las parejas de adolescentes de hormonas alteradas para meterse mano. Después con el auge de la televisión y de internet muchas salas fueron cerrando, aunque parece que se han ido recuperando.
"En la fila de los mancos era difícil ver al gordo y al flaco, eso sí, siempre después del NODO."