Según la creencia de algunas abuelas, el "Mal de Ojo" era una patología que podía padecer un bebé de corta edad, a partir de ser observado detenidamente por una persona que, supuestamente tenía el ojo o la mirada "fuerte", y por eso, según la creencia el bebé enfermaba de fiebre prolongada y diarrea. Para la medicina y la ciencia dicha patología no existe.