amiloidosis f. Enfermedad sisté-mica, denominada también degeneración amiloide, localizable en cualquier parte del organismo y con frecuente afectación de los vasos sanguíneos. La amiloidosis es debida al depósito anormal de una sustancia, llamada amiloide, de naturaleza proteica. Hay que distinguir entre amiloidosis primaria y amiloidosis secundaria. La primera se presenta sin que exista una enfermedad subyacente; afecta fundamentalmente al corazón, aparato digestivo, sistema nervioso periférico y piel. En ocasiones aparece de forma localizada, seudotumoral, con depósito de amiloide en forma de una masa única. La segunda aparece en el curso de enfermedades crónicas; la tuberculosis, artritis reumatoide, y osteomielitis crónica son algunos ejemplos. El depósito de amiloide en este caso predomina a nivel del hígado, riñón y bazo. La amiloidosis puede ser asintomática o presentar manifestaciones dependientes de los órganos afectados. Los signos y síntomas más importantes son el mal estado general, dificultad en la respiración, tos, diarreas, edemas, insuficiencia renal y aumento de volumen del hígado. El diagnóstico se realiza mediante biopsia*, practicada generalmente a nivel rectal. La amiloidosis primaria tiene un tratamiento únicamente sintomático; en caso de ser secundaria, hay que tratar la enfermedad de base, faringe por su situación anatómica es una puerta de entrada en el organismo de bacterias, virus y todo tipo de sustancias extrañas. Las amígdalas constituyen una barrera defensiva frente a estos agentes externos que, al ponerse en contacto con el tejido linfoide, actúan como antígenos desencadenando una reacción inmunitaria. El conjunto de amígdalas de la faringe se conoce como anillo linfático de Walde-yer, que desempeña, como hemos visto, una importante función defensiva. Las amígdalas pueden estar afectas por diversos procesos patológicos, fundamentalmente procesos inflamatorios o amigdalitis, muy frecuentes sobre todo en niños. Más raramente son origen de tumores, por lo general de carácter maligno, ulcerantes o vegetantes. Es frecuente en la edad infantil el desarrollo exagerado (hipertrofia) de la amígdala faríngea que ocasiona las vegetaciones adenoides*; los niños afectos tienen dificultad para respirar porque las vegetaciones les taponan la abertura posterior de las fosas nasales (coanas*). Cuando tiene lugar una hipertrofia de las amígdalas tubáricas quedan ocluidas las trompas de Eustaquio, lo que impide una ventilación cr-recta del oído medio; esta situación favorece la instauración de una otitis media que conduce a una disminución de la agudeza auditiva. ¿ amígdala cerebelosa: formación de tejido nervioso localizada en la superficie inferior de los hemisferios del cerebelo.
