m. Erupción vesiculosa de la piel. Suele aparecer en el verano, por la acción del sol, en las partes de la piel expuestas a sus radiaciones (cara, dorso de las manos). Acaece sobre todo en los niños y suele desaparecer con la pubertad, aunque también, raramente, se observa en los adultos. En su forma corriente, adopta el tipo de vesículas discretas (hidroa estival). En las formas intensas, se trata de verdaderas vejigas grandes, que, al secarse, dejan costras impetigosas (v. IMPÉTIGO) y escaras (hidroa vacciniforme). Existen casos en que el hidroa se produce por el frío, por agentes químicos (pomadas) y por causas mecánicas, como irritaciones diversas, incluso de la ropa. Puede acompañarse de eccemas del mismo origen.