S Logo
 Diccionario
 Abierto y colaborativo
 Página principal

Significado de hígado



Imagen de Diccionario Abierto de Medicina
Diccionario Abierto de Medicina

hígado
  150


m. Órgano mayor de la economía del cuerpo humano que ocupa los cuadrantes superiores derecho y medio del abdomen. (Inter­viene en los procesos de la digestión, cumple complejas funciones metabólicas y se convierte en el principal órgano de eliminación de algunas sustancias no excretadas por el riñón.) El hígado es el órgano más grande del cuerpo; en el adulto pesa unos 1.400 g. Tiene color pardo rojizo y en su mayor parte se halla en la porción derecha del cuerpo, con la superficie superior convexa adaptada a la superficie inferior cóncava del diafragma (bóveda diafragmática). Tiene dos lóbulos principales: el/ó­bulo derecho, mayor que el lóbulo izquierdo, además del lóbulo cuadrado (en la cara inferior) yel/óbulo caudado (en la cara posterior). Se trata de una glándula epitelial con funciones dobles, exocrinas y endocrinas; su producto de secreción exocrina es la bilis. Está revestido por una cápsula de tejido conecti­vo (cápsula de Glisson) a partir de la cual se extiende el árbol de tejido conectivo penetrando en la sustancia interna del órgano. En ella, este árbol se ramifica tan ampliamente que ninguna parte de la sustancia hepática está a distancia mayor de 1 o 2 mm de una, o, generalmente más, de sus ramas. Elórgano de tejido conectivo ramificado proporciona el sostén interno al hígado: además, el tronco y sus ramas proporcionan el medio que contiene las ramas de la vena porta (que transporta sangre llena de alimento desde el intestino hacia el hfgado), la arteria hepática y el conducto biliar, además de los conductos linfáticos, de manera que las ramas de estos tubos van a parar a todas las partes del hígado. A la altura del surco transversal (profundo y corto), la vena porta y la arteria hepática penetran en la sustancia del tronco de tejido conectivo, para después ramificarse cada uno de estos vasos siguiendo las distintas ramas del árbol. De forma similar, los vasos linfáticos y los conductos biliares principales, uno procedente del lóbulo derecho y el otro del izquierdo, abandonan el hígado a la altura del surco transversal. Los dos conductos biliares principales se unen muy pronto para constituir un conducto único -que se une al conducto cfstico procedente de la vesfcula-, el colédoco, que lleva la bilis al duodeno. La sangre abandona el hígado por la vena suprahepática; sus tributarias (denominadas venas centrales y venas sublobulares) y las propias venas suprahepá­ticas siguen cursos diferentes, de los que corresponde al árbol de tejido conectivo, a través de la sustancia hepática. Finalmente, se vacfan en la vena cava cuando ésta se halla en estrecho contacto con la parte posterior del órgano. Por otra parte, la sustancia del hígado recibe el nombre de parénquima. La estructura del hígado es de tipo lobular; el centro del lóbulo tiene una vena (vena centrolobular), que drena la sangre hacia la vena sublobular y la supra hepática. Entre la periferia del lóbulo y la vena central, el parénquima está formado por hileras o cordones de células que van de fuera a dentro y que se conocen por cordones hepáticos. Las células funcionales principales del hígado (hepatocitos) segregan bilis y, al mismo tiempo, efectúan diversas funciones endocrinas y metabólicas. Entre dos hileras de hepatocitos hay espacios más claros; son las vías sanguíneas (capilares) llamadas sinusoides. La sangre fluye, por tanto, a lo largo de los sinusoides entre los cordones hepáticos, desde la periferia del lóbulo hacia su centro. En la vida fetal, los glóbulos rojos o hematíes se producen en los sinusoides; por otra parte, la mayor parte de las células de revestimiento de los sinusoides son células reticuloendoteliales fagocíticas, denominadas células de Kupffer; éstas, en determinadas condiciones patológicas, pueden ayudar a las células reticuloendoteliales del bazo y de la médula ósea en su función fagocítica, eliminando eritrocitos gastados de la circulación. En el interior de los lóbulos se hallan interpuestos entre los hepatocitos los canalículos biliares, cuya misión es recoger y conducir la bilis producida por las células hepáticas. Al igual que los sinusoides, no poseen un endotelio específico, ya que su pared está constituida por el ectoplasma de los mismos hepatocitos. En la periferia del lóbulo, los canalículos biliares se abren en los conductos biliares interlobulares, provistos de pared propia y situados en los espacios portales, que, a su vez, confluyen en los conductos biliares 10- bula res, de cuya unión se forma el conducto hepático. Desde el punto de vista fisiológico, el hígado está situado en la vía que sigue la mayor parte de la sangre procedente del tubo digestivo, recibiendo directamente los productos de la digestión tal como son absorbidos, transformándolos y elaborándolos. Los azúcares absorbidos durante la digestión, tras llegar al hígado son transformados por éste en glucógeno', que se almacena en el parénquima hepático (glucogénesis') y, posteriormente, según las necesidades del organismo, se degrada nue­vamente a glucosa (glucogenólisis), la cual se vierte al torrente circulatorio y es captada por los tejidos. Además, el hígado es capaz de sintetizar glucógeno a partir de los aminoácidos y las grasas (gluconeogénesis"). Mediante estos procesos, con la intervención de diversas hormonas, participa en la regulación de la glucemia (insulina, adrenalina, hormonas hipofisarias y corticosuprarrenales) y del sistema nervioso (v. HIDRATOS DE CARBONO). El hígado recibe un constante aporte de grasas, tanto procedentes de la absorción intestinal como de las reservas del organismo (tejido adiposo). Parte de las grasas se descomponen en el hígado mediante procesos oxidativos. con formación de cuerpos cetónicos, y parte se transforman en fosfolípidos que se distribuyen a tra­vés del torrente sangulneo a los di­versos órganos y tejidos. Además, posee una importante función en el metabolismo del colesterol y en el de sus ésteres (v. L(PIOOS). Los aminoácidos que llegan al hígado, procedentes de la absorción intestinal o de la degradación de las proteínas tisulares, pueden ser utilizados para la sintesis de nuevas proteínas (proteínas plasmáticas, como el fibrinógeno y la protrombina, importantes factores de la coagulación " de la sangre), o bien sometidos a degradación tras la separación o transferencia del grupo aminico en virtud de procesos de desaminación y transaminación. El amoniaco liberado en la desaminación es transformado por las células hepá­ticas en urea, que se elimina por la orina. También en el higado se realiza la formación de ácido úrico, procedente del metabolismo de las nucleoproteínas (v. PRÓTlOOS). Al hígado corresponde, probablemente, la función protectora desarrollada respecto a las sustancias originadas en el intestino por los procesos de putrefacción bacteriana o de otra procedencia, que se desarrolla mediante varios mecanismos: conjugación, o transformación de una sustancia tóxica en un compuesto menos activo o más fácilmente eliminable (por ejemplo, amoniaco en urea); oxidación o reducción, y excreción a través de la bilis. Otra función de primer orden del hígado es la función biligenética, consistente en la producción y segregación de bilis. El pigmento biliar se forma por desintegración de la hemoglobina en las células reticuloendoteliales, después de lo cual penetra en el torrente vascular. Al alcanzar el hígado, pasa entre las células de revestimiento de los sinusoides hepáticos y al interior de los hepatocitos, donde se hace más soluble y es eliminada hacia los canalículos biliares. Desde éstos, pasa al sistema de conductos del hígado y, finalmente, se vacía en el intestino. Evidentemente, la cantidad presente en la sangre podría aumentar si esta sucesión de acontecimientos se alterara en cualquiera de los tres puntos principales. Normalmente, los he patocitos captan la bilirrubina de la sangre al mismo ritmo con que es producida por las células reticuloendoteliales; pero cuando la intensidad de destrucción de los glóbulos rojos aumenta por encima de lo normal, la captación de bilirrubina por los hepatocitos puede ser menos intensa que su producción, lo que da como resultado un aumento de concentración de este pigmento en la sangre, suficiente para producir una ictericia, que en este caso sería hemolítica. La capacidad del hí­gado para absorber bilirrubina, metabolizarla y eliminarla hacia los canalículos puede perturbarse de di­versas formas: por bloqueo de la membrana celular de los hepatocitos, obstaculizando la entrada de bilirrubina procedente del torrente vascular; por defectos enzimáticos hereditarios de los hepatocitos, que impiden tratar adecuadamente la bilirrubina, o por lesiones en estas células, de manera que la bilirrubina que absorben no es secretada adecuadamente y vuelve a escapar hacia los sinusoides. Finalmente, tanto la producción de bilirrubina como su captación y secreción por los hepatocitos pueden ser normales, pero la bilis eliminada hacia el sistema de conductos puede verse impedida de fluir hasta el intestino por la existencia de alguna obstrucción en el sistema de conductos (cálculos, tumores, etc.); en estas condiciones, la bilis regurgita en dirección retrógrada hacia los sinusoides. Además de las funciones descritas, el hígado actúa como órgano de depósito (principalmente de glucógeno, vitaminas A y B12' hierro y cobre); realiza la síntesis de la heparina (anticoagulante); participa en la hematopoyesis (formación de las células sanguíneas) de la vida embrionaria; interviene en la regulación del volumen de sangre circulante, pudiendo almacenar en sus sinusoides una gran cantidad de este líquido que puede verter de nue­vo a la circulación según las exigencias del organismo; tiene una parte importante en la termorregulación, ya que su actividad metabólica proporciona una cantidad de calor correspondiente al 25-30 del calor corporal total, etc. El hfgado es esencialmente un órgano parenquimatoso, en el que más del 60 de sus células son hepatocitos. Aunque la degeneración de estas células es relativamente rápida en el caso de extirpación de una parte del hígado, si se lesionan los hepatocitos por deficiencias nutritivas, por la presencia de sustancias tóxicas en la circulación o por otros medios, el problema de la regeneración se hace mucho más complicado, lo que puede dar lugar a un proceso cirrótico (v. CIRROSIS). El hígado puede presentar cambios en el tamaño y posición, como en el caso de la ptosis hepática en los individuos asténicos (hepatoptosis: descenso correlativo del límite superior del órgano y movilidad postural) o en la hipoplasia congénita (reducción de volumen) yen la hepatomegalia (aumento de volumen) fetal congénita. Estas alteraciones también pueden ser de carácter patológico, como en las atrofias hepáticas y en las hepatomegalias secundarias.

Imagen de hígado numero 1

El hfgado se encuentra situado en la parte alta del lado derecho del abdomen (hipocondrio derecho).
Imagen de hígado numero 1

El higado tiene dos lóbulos principales, uno mayor (derecho) conducto colédoco y otro menor (izquierdo).
Imagen de hígado numero 1

Vista desde arriba del hfgado, que es el órgano de mayor tamaño del organismo humano.
- higado abramantado: el esclerogomoso de la sífilis terciaria. (Su superficie está recorrida por surcos profundos que corresponden a las regiones esclerosas.)
- higado en acordeón: hepatomegalia que depende del agravamiento o remisión de la insuficiencia cardíaca.
- higado amiloideo: aquel en estado de degeneración amiloidea (infiltración del hígado con lardaceí­na, sustancia parecida al almidón). (Es moderadamente hipertrófico y liso, a causa de supuraciones prolongadas.)
- higado de estasis: congestión venosa del hígado, síntoma de las insuficiencias ci rcu latorias.
- higado cirrótico: el fibroso asociado con alteraciones de la estructura lobular y la presencia de nódulos degenerativos y anastomosis vascular.
- higado fibroso: el que ha sufrido un aumento del tejido conecti­vo, sin trastorno de la estructura 10- bular.
- higado graso: el engrosado y adiposo, debido a una degeneración e infiltración grasa. (Es común en la cirrosis y diabetes.)
- higado moscado: aspecto macroscópico que presenta al corte (en una autopsia) el hígado congestivo de las largas insuficiencias circulatorias. (Se reconocen unas manchas rojas oscuras rodeadas de zonas amarillentas, que hacen que se parezca al corte de una nuez moscada.)
- hrgado poliqurstico: enfermedad quística del hígado, caracterizada por la presencia de múltiples quistes llenos de líquido claro.
- higado sistólico: el congestionado por estasis (acumulación de sangre) en el curso de la asistolia, que presenta movimientos de expansión rítmicos en cada contracción del corazón. (Es un signo fiable de insuficiencia tricúspide.)
- higado tropical: congestión aguda del hígado (con aumento de su tamaño), observada en individuos residentes y no aclimatados a los países tropicales. (Pronto o tarde aparecen los síntomas de insuficiencia hepática.)











Que significa hígado en el diccionario de Medicina

Sigue a www.significadode.org en Facebook  Sigue a www.significadode.org en Twitter  Sigue a www.significadode.org en Google+  Sigue a www.significadode.org en feed