f. Profilaxis de las inmunopatías, es decir, de las enfermedades debidas a la presencia de antígenos en el organismo. La profilaxis de las enfermedades infecciosas puede ser activa (con vacunas) o pasiva (con sueros inmunes). La profilaxis activa produce un descenso de la inmunidad natural del organismo en los días sucesivos a la aplicación de la vacuna (fase negativa), por lo que, en la mayoría de casos, no es aconsejable cuando el peligro es inminente; por ello las vacunaciones se realizan con anticipación, muchas veces siguiendo un plan establecido. Cuando el peligro es inminente (por ejemplo, en el caso de una herida infectada en un individuo no vacunado contra el tétanos), se practica la profilaxis con suero vacunal para prevenir al organismo a largo plazo, y una profilaxis con suero, para la protección inmediata. (V. VACUNACIÓN; VACUNAS.)