m. Fagocito" de gran tamaño.
Los macrófagos son células del tejido conectivo laxo, que están muy especializadas para fagocitar gérmenes patológicos y destruirlos digeriéndolos por medio de las enzimas contenidas en su lisosoma; también ayudan a liberar el tejido conectivo laxo de diversos tipos de residuos resultantes de la desintegración de células o de sus productos. Pueden adoptar aspectos diversos, como ocurre cuando se encuentran comprimidos por otros componentes tisulares, pero tienden a presentar forma ovoide. En los tejidos hematopoyéticos, estas células fagocíticas gigantes suelen denominarse células reticuloendoteliales, ya que quedan fijadas en su lugar por fibras reticulares y sirven de células endoteliales revistiendo un tipo de conducto sanguíneo o linfático. Los llamados macrófagos fijos se conocen normalmente por histocitos" o histiocitos. En cuanto al origen de los macrófagos, se admite, en general, que algunos se desarrollan localmente como resultado de la división celular de los macrófagas preexistentes a nivel local (zona lesionada y alrededores); sin embargo, muchos tienen origen sanguíneo y se han desarrollado a partir de glóbulos blancos llamados monocitos", Éstos atraviesan las paredes de las vénulas de los tejidos en los que ocurre una reacción inflamatoria y, una vez en ellos, se transforman en macrófagos. Por otra parte, cualquier material extraño que penetre en el tejido conectivo laxo y no esté formado de partículas suficientemente pequeñas para ser fagocitadas por los macrófagos, puede desencadenar la formación de lo que se llaman células gigantes de cuerpo extraño, muy voluminosas y con muchos núcleos, que se cree que nacen de la fusión de monocitos o macrófagos y que están destinadas a proporcionar una célula suficientemente voluminosa para incluir o tabicar masas de restos que no pueden incorporarse a un solo fagocito. Este tipo de células es frecuente en lesiones tuberculosas. (V. FAGOCI· TOSIS.)
