f. Cinturón óseo que se articula, por una parte, con la columna vertebral lumbar y, por otra, con los miembros inferiores. La pelvis está formada por los huesos coxales (v. COXAL, HUESO) o iliecos (a los lados), el sacro y el cóccix (detrás), que están unidos entre sí por superficies articulares o sínfisis (púbica por delante; la sacrococcígea y las dos sacroiliacas por detrás). El anillo óseo así formado proporciona a las extremidades inferiores la solidez tan necesaria para su funcionamiento y, además, limita un amplio espacio, llamado cavidad pélvica, donde se alojan importantes vísceras, entre ellas las del aparato genital femenino, por lo que una gran parte de su importancia se debe a que este espacio tiene que ser recorrido por el feto en el acto del parto. Consta de una porción sacra, una iliaca y una púbica; la porción de la pelvis situada craneal mente con relación a la línea terminalis, que la divide en dos porciones, es la pelvis mayor, mientras que la situada caudalmente es la pelvis menor; al límite entre ambas se le llama estrecho superior de la pelvis. La solidez de la pelvis se debe al hecho de que en el hombre en posición erecta la recta imaginaria que marca la dirección del peso del cuerpo, es decir por donde se transmite éste, pasa inmediatamente por delante del promontorio, y un plano frontal que la contenga por ella coincidirá con las articulaciones del hombro y de la cadera. El peso se transmite a la pelvis según este plano, y ésta lo transmite a los miembros inferiores. Por otra parte, la gran amplitud de la cavidad pélvica humana se debe al gran desarrollo del encéfalo del hombre; la pelvis debe, pues, poseer la amplitud necesaria para que la cabeza del feto pueda salir al exterior en el acto del parto. En los casos en que, debido a una lesión inflamatoria o de otra naturaleza, se osifique precozmente una articulación sacroiliaca, se origina una pelvis oblicua por la detención en el crecimiento de media pelvis, en la que uno de los diámetros oblicuos es muy pequeño y hará imposible el parto por la vía natural (pelvis de Naegeli). También se comprende que cuando la solidez de los huesos de la pelvis esté disminuida (raquitismo), el peso del cuerpo y la presión de las extremidades inferiores la deformarán, originando la pelvis plana raquítica. La detención en el desarrollo de la mitad de una vértebra sacra puede dar origen a una pelvis muy asimétrica. En la osteomalacia*, la pelvis puede deformarse mucho (pelvis en trébol) y, a veces, la blandura de los huesos permite la dilatación (pelvis de caucho). 
La pelvis se articula con el raquis por su parte superior y con las piernas (cabeza del fémur) por la inferior.
