Del inglés pellet y este del latín tardío peleta que en castellano evolucionó a pelota. Ahora llaman así, de momento sin el visto bueno de la Academia, a pequeñas porciones comprimidas en forma redonda o cilíndrica de materiales diversos como madera, cereales u otros alimentos, residuos orgánicos o plásticos. Por aquí por Madrid en el invierno la gente habla mucho de los pelets de madera para la calefación en las casas de campo y los chalets de la sierra. Dicen que los hacen con residuos de diversas industrias, como cáscaras de almendras, avellanas o nueces o restos de la industria maderera. Otros dicen que ahora vale todo para este negocio.
"Pelet fue en su origen un término mediterráneo, peleta, que subió hacia el norte y ha vuelto a bajar como si el Mediterráneo no hubiera sido descubierto."