Perfecto, furoya. Adjetivo derivado de las voces latinas pon pontis, puente y de facio, hacer. Los pontífices eran sacerdotes romanos que hacían puentes. En la Roma clásica cuidaban el Pons Sublicius de madera sobre el río Tíber, custodiaban el derecho romano y elaboraban el calendario estableciendo los días festivos. Los cristianos tomaron el nombre dándole otra dimensión: los sacerdotes eran los que creaban puentes con la divinidad, como bien sintetiza furoya. Las universidades pontificias dependen del Vaticano, como la de Santo Tomás de Aquino, el Angelicum, que está en Roma cerquita de los foros, del altare della patria en la piazza Venezia y de la columna de Trajano.