Adjetivo femenino de vecero. En mi tierra asturleonesa, como sustantivo equivalente a vecería, vacada o reunión de todas las vacas libres de tarea (baldías) en una localidad para pastar en las zonas comunales, cuidadas a la roda o por turno por los vecinos o parroquianos en función de su propiedad. En otros lugares se hacía lo mismo con las ovejas no trashumantes, las yeguas, los burros o los cerdos durante el verano, más o menos, desde primeros de mayo hasta San Miguel. Después, según recopila Joaquín Díaz, se cantaba: " Ya se van los pastores a la Extremadura; ya se queda la sierra triste y oscura. Ya se van los pastores, ya se van marchando; más de cuatro zagalas quedan llorando..."
"El momento y lugar de la vecera o vacada de mi pueblo se hacía a toque de campana."