Para algunas personas supersticiosas, el viernes trece es un día de mala suerte o de mal agüero. Para algunos este mito tiene su origen en la religión católica, ya que según la creencia popular Jesús fue crucificado un viernes y según la Biblia había trece personas en la última cena la noche que antecedió al día de esa crucifixión.
"Algunas personas supersticiosas le tienen fobia al viernes trece."