fosfoamidasas. Desde el punto de vista clínico, adquiere especial interés la fosfatasa presente en el plasma o en el suero sanguíneo, que es una fosfomonoesterasa. De ella se distinguen dos tipos: la fosfatasa alcalina y la fosfatasa ácida. La primera actúa en medio alcalino, con un pH óptimo entre 8,6 y 9,1, y es eliminada en parte por la bilis; su tasa sanguínea es más elevada durante el crecimiento y en el curso de ciertas enfermedades óseas y hepáticas (raquitismo, osteomalacia, hiperparatiroidismo, enfermedad de Paget, cáncer secundario de los huesos, ictericias por retención, cánceres del hígado). La fosfatasa ácida, en cambio, actúa en medio ácido, con un pH óptimo de 5 a 5,6, y tiene su tasa sanguínea muy aumentada en caso de cáncer pros-tático, sobre todo si existen metástasis.