ascariasis f. Estado morboso debido a la presencia de ascárides en el cuerpo. Los ascárides son gusanos nemato-dos del género Asearis, muchos de los cuales son parásitos intestinales de los vertebrados. La especie As-caris lumbricoides se encuentra en el intestino delgado del hombre, especialmente en los niños, y produce diversos accidentes locales y generales; es de color blanco rosado y mide de 10 a 25 cm de longitud. La infección se contrae por ingestión directa de los huevos que contienen los embriones. Además del aparato digestivo, pueden verse afectados el aparato respiratorio y el nervioso. Los principales productos utilizados para el tratamiento de la infección por ascárides (antihelmínticos) son: la san tonina (que se extrae de las flores de la lombriguera) y la piperazina, uno de los antihelmínticos* prefe-saltar la rareza de la artrosis del tobillo, a pesar de la función de apoyo de esta articulación. La artrosis del codo es frecuente, especialmente en las personas que efectúan trabajos que exijen un esfuerzo continuado con los brazos, pero esta artrosis es asintomática en la casi totalidad de los casos. En más de la mitad de los enfermos se presentan poliartrosis, es decir, la artrosis tiene varias localizaciones. Las artrosis suelen clasificarse en dos grandes grupos: 1) artrosis de las articulaciones periféricas, y 2) artrosis de la columna vertebral En las primeras es muy útil el examen del líquido sinovial para confirmar el diagnóstico de artropatía* mecánica. Las alteraciones radiológicas (v. artrografía) son las siguientes: formación de osteofitos*; aparición de osificaciones alrededor de las articulaciones, especialmente en los dedos; aparición de cuerpos libres intraarticulares; reducción o desaparición del cartílago en las áreas sometidas a presión; cavidades debajo de las articulaciones; endurecimiento del tejido intersticial del hueso subcon-dral; subluxación en determinadas articulaciones, y ausencia de anquilosé (limitación de los movimientos de la articulación). En el segundo grupo se incluyen las artrosis de las articulaciones anteriores y posteriores entre vértebras. Este tipo de artrosis se puede considerar propio de la involución del ser humano. Aunque es desconocido su mecanismo, parece ser que las primeras alteraciones se dan en el seno del núcleo pulposo discal (masa elástica que se encuentra en el centro de un disco intervertebral), el cual con el paso de los años pierde elasticidad y se vuelve menos diferenciado del anillo fibroso que lo rodea; en ciertos casos, el disco atraviesa las plataformas vertebrales, dando lugar a las hernias discales intraóseas o bien a una hernia discal extraósea. En cuanto a la terapéutica, no hay que olvidar que la capacidad de regeneración del cartílago articular es en la práctica muy pequeña, de modo que una vez degenerado o destruido queda así para toda la vida. Consecuentemente, la artrosis anatomopatológica no se cura, pero es posible hacer desaparecer los síntomas mediante una terapéutica racional, especialmente cuando no se halla en fase muy avanzada. Por otra parte, hay que mencionar también el frecuente descubrimiento de artrosis en la exploración radiológica, sin que se hayan acompañado nunca de manifestaciones clínicas; en este grupo es importante tomar medidas profilácticas. Al principio, el paciente artrósico debe prepararse psicológicamente, conociendo la naturaleza de su afección. A continuación se debe restablecer el equilibrio entre el trabajo que se obliga a realizar a la articulación y su capacidad funcional, disminuida por la degeneración del cartílago y, a menudo, por otras actitudes articulares viciosas. La disminución de la sobrecarga mecánica pasa por la corrección de los trastornos estáticos, tales como: acortamiento de uno de los miembros inferio-del aparato musculoligamentario que mueve la articulación; secundariamente, aparece una reacción del hueso subcondral, con espesamiento de sus partes centrales y proliferación de los bordes. La cápsula sinovial no toma parte activa en el proceso; sólo secundariamente reacciona algo a las agresiones mecánicas que recibe. Las causas que pueden producir la degeneración del cartílago articular han sido clasificadas en tres grupos: 1) enfermedades articulares sufridas anteriormente, como necrosis epifisaria aséptica (muerte del tejido de los extremos de los huesos largos, sin infección), fracturas intraarticulares, osteocondri-tis disecante (desprendimiento del cartílago), osteocondromatosis (presencia de tumores o cuerpos libres en las cavidades articulares) y todos los reumatismos inflamatorios crónicos (artritis reumatoide, gota, etc.), así como las Artritis infecciosas; 2) sobrecarga articular, como la que se produce en condiciones estáticas o por posturas desfavorables que se toman espontáneamente debido a los pies planos, obesidad, etc.; 3) casos en los que faltan las causas antes citadas, denominados artrosis esenciales, casi siempre poliarticulares, que probablemente se deben a una inferioridad constitucional de los cartílagos. La incidencia de la enfermedad va aumentando con la edad, desde el 11% entre los 15 y 24 años de edad al 96% a partir de los 75 años, en ambos sexos. La artrosis generalizada se da en el grupo de edad entre 35 y 44 años; a
