Bowen uno a tres días, la enfermedad comienza por trastornos digestivos de apariencia trivial: náuseas, vómitos, dolores epigástricos y un estreñimiento progresivamente rebelde. A estos síntomas se añaden la pérdida de fuerza, parálisis de los músculos de los dos ojos, parálisis ligera y difusa de la garganta con sequedad de la boca y emisión dolorosa y retención de orina. El botulismo conduce a menudo a la muerte si no se trata a tiempo con la vacunación con anatoxina y la seroterapia. En la actualidad existe una antitoxina trivalente (A, B y E) que combate eficazmente el tóxico segregado por el bacilo Clostridium botulinum.