compulsividad (o impulsividad) es la disposición habitual a presentar compulsiones, y puede ser constitucional o adquirida. En este segundo caso, es el resultado de desviaciones afectivas o educativas de la infancia o se presenta como secuela de encefalitis infantil o de traumatismos craneales. De modo general, se distinguen cuatro categorías de compulsiones: compulsión afectiva, que se relaciona con una irritabilidad anormal (arrebatos de ansiedad, celos, odio, etc.);