ectodermo Las ectopias de órganos suelen ser congénitas y se presentan en aquellos órganos que se desplazan antes de tomar una posición definitiva (como, por ejemplo, los ríñones y los testículos, que experimentan un descenso hasta sus lechos lumbar y escrotal respectivamente). Si bien, se habla también de ectopia cuando un órgano se sitúa en el exterior del cuerpo por fallo de formación de las capas que debían de abrigarlo; es lo que sucede en las ectopias cardíaca y vesical. La forma más frecuente es la del testículo (v. criptorquidia), en la que uno o los dos testículos no descienden hasta situarse en la bolsa escrotal, permaneciendo a algún nivel en el trayecto: en el abdomen o en el canal inguinal; ello puede ser consecuencia de una malformación del propio testículo o bien de un obstáculo mecánico. La situación debe ser corregida pues, si persiste, conduce a la inviabilidad funcional del epitelio germinal de este órgano. Las ectopias de tejidos consisten en la aparición de células pertenecientes a un tejido que no corresponde a una determinada localización. Así, en la ectopia de cuello de útero se asienta epitelio cilindrico en la superficie externa cervical, donde en condiciones normales debe haber epitelio plano exclusivamente. En el esófago de Barret, malformación causante de inflamación del esófago, el tercio inferior del esófago se halla tapizado por mucosa gástrica, secretora de ácido clorhídrico; es, por tanto, otra ectopia tisular, como la que aparece en el divertículo de Zenker, localizado en intestino y tapizado de mucosa gástrica. Las ectopias tisu-lares tienen un interés oncológico (en relación con el cáncer), pues en ocasiones degeneran hacia neopla-sias (formaciones de tejido nuevo de carácter tumoral) malignas. ectodermo m. Una de las tres hojas celulares que constituyen el embrión primitivo. Del ectodermo se forma, por invaginación, el mesodermo embrionario, hoja intermedia entre el ectodermo y el endodermo. También se originan en él importantísimas estructuras y tejidos, de los que se distinguen dos grupos: el derivado del epiblasto y el derivado del neuro-blasto. En el primero se incluyen las vesículas ópticas y olfativas ¿gérmenes de los ojos y del epitelio olfatorio, respectivamente¿, el cristalino y la adenohipófisis, derivados de la llamada placa sensorial, y, por otro lado, la epidermis y los anexos cutáneos. También deriva del ectodermo el epitelio que tapiza la cavidad bucal, así como la cresta dentaria, esbozo de los futuros dientes, y los órganos encargados del esmalte. Del neuroblasto, espesamiento del ectodermo que evoluciona formando la cresta neural y el tubo neural sucesivamente, surgen las crestas ganglionares por un lado, gérmenes del sistema nervioso periférico (ganglios sensitivos cefálicos y espinales, ganglios simpáticos, células constituyentes de las vainas de los nervios periféricos, los melanocitos y las células constituyentes de las médulas suprarrenales) y, por otro, los gérmenes del sistema nervioso central (de la médula espinal y del encéfalo): las vesículas encefálicas,
