f. Producto orgánico de origen animal, obtenido de extractos de tejidos (habitualmente del pulmón vacuno), que constituye uno de los anticoagulantes más usados en terapéutica. Químicamente, la heparina pertenece al grupo de los mucopolisacáridos y está compuesta a partes iguales de glucosamina y ácido glucurónico. La peculiar e intensa acción anticoagulante de la heparina se debe al gran número de grupos sulfonados de su molécula. Neutraliza directamente la trombina y los factores plasmáticos de la coagulación ". Cuando desaparece de la sangre, el efecto cesa, sin que quede afectado ningún componente normal del proceso de la coagulación. Su efecto es inmediato, pero efímero; no dura más de 5 horas en el caso de la heparina sódica y 12 horas en la cálcica, porque se neutraliza, y si se da a dosis excesivas se elimina rápidamente por el riñón. Está indicada cuando interesa un efecto terapéutico rápido. Dado que tras la inyección de heparina (vía intravenosa o subcutánea) su presencia en la sangre (heparinemia) persiste un corto tiempo, hay que cuidar esmeradamente la técnica de administración, ya que una premisa fundamental en la terapéutica anticoagulante es que el efecto sea constante y que no existan interrupciones que puedan dar lugar a períodos de normo o hipercoagulabilidad (fenómeno de rebote).
