f. Lesión o traumatismo que interrumpe la continuidad de tejidos y órganos.
En general, las heridas están producidas por agentes traumáticos que actúan de fuera a dentro sobre la superficie; pero a veces la lesión se produce de dentro a fuera, ocasionada por un borde cortante óseo (el arco superciliar, el borde anterior de la tibia o el borde cortante de un hueso fracturado). Un punto a considerar en las heridas es que queda abierta una puerta de comunicación entre el exterior y el interior, lo que puede dar lugar a la entrada de gérmenes y producir la correspondiente infección. Los síntomas fundamentales de las heridas son: dolor, hemorragia y separación de los bordes. Esta separación depende del agente traumático y de las características anatómicas de la región. En las partes en las que la piel es gruesa y está fuertemente adherida a las aponeurosis (planta del pie, palma de la mano), la separación es mínima en comparación con otras regiones con un tejido celular subcutáneo laxo y abundante. Cuando el agente es una aguja o un estilete, la separación es prácticamente inexistente si se compara con la producida por un agente contundente, como una porra; también influye la dirección de la herida. Atendiendo al agente traumático, su forma de actuar y el aspecto de la lesión, las heridas se clasifican en tres grandes grupos: punzantes, incisas y contusas. En las heridas punzantes, tanto la hemorragia como el dolor y la separación de 105 bordes son mínimos, salvo que el agente traumatizante lesione en sus trayectos vasos y nervios; en cambio, corren mayor peligro de infección al arrastrar gérmenes en profundidad. En las heridas incisas, predomina la longitud sobre la anchura y la profundidad; son producidas por agentes muy cortantes y tienen unos bordes limpios. En líneas generales, debido a la limpieza de 105 bordes y al hecho de ser las que más sangran (limpiando de dentro a fuera), son las que menos se infectan. Las heridas contusas están caracterizadas por bordes irregulares, magullados con mortificación; la irregularidad de la herida, el poco riego vascular, la infiltración sanguínea y la existencia de células muertas o con poca vitalidad en el foco, favorecen la infección y retardan la cicatrización. En este tipo de heridas, el dolor no es agudo por el aplastamiento de 105 nervios, la hemorragia no suele ser copiosa porque las boquillas vasculares están aplastadas y, a veces, obstruidas, y la separación de los bordes es variable. Se denominan heridas mixtas aquellas que son una mezcla de las tres anteriores; las más importantes son: heri
das por arrancamiento o avulsión, heridas por arma de fuego, heridas por asta de toro, heridas por mordedura o picaduras de insecto, etc. En el tratamiento de las heridas, cabe señalar que de la primera cura depende en gran medida su posterior evolución. En líneas generales, los principios fundamentales son: cohibir la hemorragia, evitar la infección, dejar la herida en buenas condiciones de cicatrización y calmar el dolor. La hemorragia procedente de los pequeños vasos suele cohibirse espontáneamente; la de los vasos de mayor calibre requiere la correspondiente detención del flujo sanguíneo (mediante pinzas hemostáticas o un taponamiento con gasa estéril); si el calibre de los vasos es muy grande se recurre a la aplicación de un compresor. La infección se previene mediante la desinfección de la herida, limpiando primeramente bien los bordes y alrededores con jabón; el interior puede ser lavado por arrastre con suero fisiológico o agua oxigenada; después se pincelan los bordes con tintura de yodo o mercurocromo. La escisión de los bordes se hace después de una infiltración de novocaína al 1"10, desde las partes periféricas hasta que rezume por el fondo de la herida; con bisturí se escinden 1 o 2 mm de piel, de 1 a 2 cm de tejido celular subcutáneo, mientras que la fascia yel músculo contundido deben ser resecados hasta que aparezca tejido muscular con vitalidad, rojo sangrante; todo tejido necrosado o cuerpo extraño debe ser extirpado. Una vez efectuada la limpieza quirúrgica se procede a la sutura primitiva, única y exclusivamente de la piel, por puntos entrecortados y evitando dejar espacios muertos; en ocasiones conviene dejar un drenaje. Factor indispensable para que se produzca la cicatrización es la inmovilización de la zona o del miembro lesionados. (V. CICATRIZ.)
