m. Tendencia hereditaria a actuar de un cierto modo, en respuesta a un estímulo, sin ayuda de la razón.
Mediante el instinto, el individuo realiza una adaptación biológica sin necesidad de aprendizaje ni reflexión consciente anticipatoria. En los animales, las reacciones instintivas constituyen el 95 de su comportamiento activo. Los rasgos característicos de la actividad instintiva son: no se equivoca (a menos que se modifiquen artificialmente las condiciones ambientales); es innato y heredado (no necesita aprendizaje), y es relativamente estereotipado (se produce siempre de forma prácticamente igual). En el hombre, el comportamiento instintivo es muy reducido en el sentido biológico del término; en él, los instintos se limitan a los reflejos; solamente el recién nacido ejecuta un complejo instintivo, la succión, pero lo pierde inmediatamente después del destete; la actividad intelectiva puede alterar el comportamiento instintivo humano. En psicoanálisis, el término adquiere otra dimensión, confundiéndose prácticamente con el término «pulsión-". Así, considera dos tipos de instintos: el instinto sexual y el instinto de agresión. Ambos nacen de necesidades biológicas del organismo, estando en relación con dos formas diferentes de energía psíquica: la libido', asociada a la pulsión sexual, y la asociada a la pulsión agresiva (o de muerte). Actualmente se admite que la realización de un acto instintivo está controlada por un complejo conjunto de factores de orden nervioso, hormonal, sensorial e incluso genético. Según hipótesis formuladas recientemente a partir de experimentaciones realizadas con numerosos vertebrados, los actos instintivos elementales estarían gobernados por centros situados en la médula espinal, mientras que los actos instintivos complejos tendrían su centro en el hipotálamo. 
El psicoanálisis distingue la libido, o instinto sexual, del instinto de agresi6n o de muerte.
