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Significado de insuficiencia



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Diccionario Abierto de Medicina

insuficiencia
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f. Déficit de rendimiento funcional de un órgano.
- insuficiencia aórtica: cierre deficiente de la válvula aórtica que permite la regurgitación de sangre (reflujo de sangre en sentido contrario) en el ventrículo izquierdo durante la diástole.
Una de las consecuencias de la insuficiencia aórtica es la dilatación y aumento de tamaño del ventrículo izquierdo. La causa u origen clásico más importante de la insuficiencia aórtica es la sífilis o las alteraciones reumáticas. Sin embargo, también hay casos de origen traumático, arteriosclerótico o infeccioso. Hoy en día, las causas más frecuentes son la endocarditis (inflamación de la membrana que cubre la cara interna del corazón) bacteriana, el aneurisma disecante de la aorta y el estrechamiento del istmo (estenosis ístmica) de esta arteria. En los casos avanzados de insuficiencia aórtica, o en los asociados con lesiones mitra les, el tamaño del corazón alcanza grados extraordinarios (cor bovinum). El signo de mayor valor diagnóstico es la gran diferencia tensional: tensión máxima alta y mínima baja. La insuficiencia aórtica a menudo va asociada a la estrechez aórtica.
- insuficiencia cardIaca: disminución de la función del corazón, que es incapaz de recibir o propulsar la sangre adecuadamente.
Puede presentarse en forma cró­nica, aguda o subaguda, o paroxística. La insuficiencia cardíaca cró­nica es debida al empeoramiento progresivo de la función cardíaca, sea por persistencia de la sobrecarga impuesta a una o más cavidades, o por empeoramiento progresivo del daño del músculo cardíaco (miocardio). debido a un proceso inflamatorio, metabólico, circulatorio o degenerativo. La insuficiencia cardíaca aguda o subaguda se debe preferentemente a algún factor desencadenante, que puede ser: una infección respiratoria, especialmente broncopulmonar; la presentación aguda o subaguda de trastornos del ritmo, en especial taquiarritmia, taquicardia ventricular y bloqueo auriculoventricular; una embolia pulmonar (en las estenosis mitrales); un infarto de miocardio; una endocarditis bacteriana o reumática en actividad, etc. La insuficiencia cardíaca paroxística aparece en dos ocasiones: en la insuficiencia ventricular izquierda aguda, iniciada en general por el decúbito en enfermedades que causan sobrecarga del ventrículo izquierdo (hipertensión, lesiones valvulares aórticas) y en las que lo lesionan (infarto de miocardio), y en la insuficiencia ventricular derecha aguda por embolia pulmonar en un tronco circulatorio importante. El tratamiento en la insuficiencia cardíaca comprende los siguientes extremos: reducción del trabajo cardíaco, tonificación del miocardio y mejoramiento de la calidad sanguínea. La reducción del trabajo cardíaco se consigue con: reposo; sedación (supresión de los estados de ansiedad; medicamentos de tipo tranquilizante o sedante); decúbito inclinado (una elevación de la cabecera de la cama menor de 30 cm no es eficaz); dieta (poco volumen, rica en proteínas y repartición de la comida en mayor número de veces); restricción de sodio (más o menos intensa según el grado de insuficiencia); medicación diurética que disminuya la cantidad de líquido; corrección de trastornos hidroelectrolíticos (causados por la restricción de sodio y la administración de diuré­ticos); evacuación de derrames (derrames pleurales y peritonealesl, y sangría. La tonificación del miocardio se obtiene con medicación cardiotónica y el mejoramiento de la calidad sanguínea, mediante oxigenoterapia*, gracias a la cual mejora la dificultad respiratoria, aumenta la eliminación de orina, disminuye la cianosis y puede descender la presión venosa, mejorando el rendimiento cardíaco.
- insuficiencia circulatoria: síndrome que aparece cuando el músculo cardíaco (miocardio) se hace ineficaz para mantener el dinamismo circulatorio de la sangre a su nivel y características normales. Esta insuficiencia miocárdica puede ser debida a una real lesión del órgano cardíaco o a una exageración extraordinaria de las resistencias periféricas, que conducen a un trastorno intermitente de un miocardio teóricamente suficiente. Se suele describir una insuficiencia del ventrículo derecho (v. INSUFICIENCIA VENTRICULAR DERECHA) Y otra del izquierdo (v. INSUFICIENCIA VENTRICULAR IZQUIERDA). En realidad, ambas se presentan generalmente unidas y es, con frecuencia, muy difícil hacer su diferenciación. El síndrome de insuficiencia circulatoria hasta aquí descrito es de tipo permanente; cuando la insuficiencia circulatoria sobreviene súbitamente, se manifiesta por colapso, choque (shock), síncope o lipotimia.
- insuficiencia coronaria: irrigacion coronaria insuficiente en relación al requerimiento de sangre por parte del miocardio. (Suele ser debida a una esclerosis coronaria o a una insuficiencia circulatoria que repercute en la circulación de las coronarias.)
- insuficiencia genital: v. HIPOGONADISMO; HIPOPITUITARISMO.
- insuficiencia hepática: disminución o insuficiencia del funcionamiento de la célula hepática o hepatocito".
La insuficiencia hepática aparece por la incapacidad del hepatocito para cumplimentar una, varias o todas sus funciones, debida generalmente a una alteración de los sistemas enzimáticos celulares, que son los instrumentos de trabajo de la cé­lula y que, en el hepatocito, se encuentran dispuestos en zonas determinadas; en su mayoría anclados en las organelas celulares (mitocondrias, retículo endoplasmático, lisosomas, etc.). El metabolismo íntimo de la célula hepática depende del mantenimiento del orden y composición de estos sistemas enzimáticoso El grado de insuficiencia dependerá, por tanto, de la intensidad de la alteración y del número e importancia de los sistemas enzimáticos afectados. Según su jerarquía, las funciones hepáticas pueden clasificarse en cuatro grupos. El primero, fundamental, comprende los procesos que producen la energía necesaria para la «conservación de la vida» celular y elaboran los materiales necesarios para reparar los destruidos por el desgaste o por lesión. La energía deriva en gran parte del adenosintrifosfato' (ATP), producido por combustión de los fragmentos del metabolismo de las proteínas, hidratos de carbono y grasas, que tiene lugar en las mitocondrias. Éstas son muy sensibles a los diversos agentes nocivos, y cuando su lesión es difusa y alcanza cierto grado, se produce el fallo hepatocelular que repercute sobre el sistema nervioso y tiende a producir el coma. El segundo grupo comprende las funciones que aseguran la regeneración celular. Esto requiere un aporte suficiente de las sustancias precursoras de los ácidos nucleicos, de las proteínas y de las lipoproteínas que forman las membranas de la célula y de sus organelas. La regeneración parece estimulada por la acción de ciertas sustancias producidas, en parte, por el hígado y liberadas al destruirse las células hepáticas. El tercer grupo lo constituyen aquellas funciones que elaboran sustancias indispensables para mantener el equilibrio o estabilidad del organismo (homeostasis) y cuya perturbación traduce un dé­ficit global del funcionalismo hepá­tico. Entre estas funciones destacan la regulación de la glucemia (cantidad de azúcar en la sangre) y de la producción de orina, que sirve para eliminar el amoníaco de procedencia intestinal, renal o metabólica. Otras generan elementos esenciales para la coagulación sanguínea (complejo protrombina) o sintetizan seroalbúmina. La síntesis deficiente de protrombina suele traducirse en su tasa sanguínea más precozmente que la de la seroalbú­mina y su evolución hasta el fallo hepático total puede producirse rápida mente en la hepatitis aguda gra­ve, o de forma progresiva, más o menos lenta, en las hepatitis crónicas y ci rrosis hepáticas. El cuarto grupo comprende funciones hasta cierto punto secundarias para el hí­gado, pero cuya falta o insuficiencia repercute en mayor o menor grado sobre el organismo. En general, se trata del déficit o ausencia de alguna enzima que impide la transformación o elaboración de una sustancia cuya acumulación puede ser nociva para el organismo y, en algunos casos, para el hígado. Esto ocurre en las glucogenosis, glucolipidosis, en la galactosemia, etc. En la insuficiencia hepática global, una terapéutica eficaz debería evitar la descerebración, disminuir o impedir la necrosis hepática y favorecer la regeneración celular, pero ningún tratamiento actual satisface estas exigencias. Respecto a la regeneración, una dieta rica en amino­ácidos parece ser fundamental. En la insuficiencia hepática del tercer grupo, la norma terapéutica básica consiste en aminorar en lo posible la carga funcional del órgano, para atender sus funciones básicas de conservación y regeneración celular. La regulación de la glucemia puede conseguirse mediante la ingesta frecuente y fraccionada de amiláceas (sustancias que contienen almidón) o, en caso necesario, con infusiones de solución de glucosa y levulosa. La ureogénesis puede aliviarse reduciendo las proteínas de la dieta y la formación y absorción de amoníaco en el intestino. En la insuficiencia hepática del cuarto grupo, la terapéutica varía según 105 casos, dando a veces buen resultado la administración de la enzima deficitaria o la inducción enzimática.
- insuficiencia hipofisaria: hipopituitarismo' .
- insuficiencia miocárdica: v. IN· SUFICIENCIA CARDiACA.
- insuficiencia mitral: disminución del rendimiento o funcionamiento de la válvula mitral del corazón, que permite la regurgitación o reflujo en dirección contraria de la sangre hacia la aurícula izquierda durante la sístole.
En esta insuficiencia hay un aumento y dilatación del ventrículo izquierdo, una disminución de la tensión arterial (hipotensión'). una tendencia a la cianosis y dificultad respiratoria al realizar esfuerzos. Las causas suelen ser reumáticas, pero también pueden ser infecciosas.
- insuficiencia ovárica: v. HIPO· OVARISMO; HIPOGONADISMO.
- insuficiencia pancreática: v. HI· POINSULINIA.
- insuficiencia paratiroidea: v. HI· POPARA TIROIDISMO.
- insuficiencia pilórica: disminución del rendimiento o funcionamiento del píloro, de modo que permite el paso de alimentos del estómago al intestino antes de ser digeridos totalmente.
- insuficiencia pulmonar: cierre deficiente de la válvula pulmonar, de modo que la sangre vuelve hacia el ventrículo derecho durante la diástole. (Hay una dilatación del ventrículo derecho y cianosis intensísima. Puede ser debida a endocarditis reumática o infecciosa; en otras ocasiones es congénita.)
- insuficiencia renal: deficiencia de la función renal, en especial una disminución de la filtración glomerular.
Puede presentarse en forma aguda o crónica. La insuficiencia renal aguda es el fallo del conjunto de mecanismos cuyo resultado es la formación de la orina. Se caracteriza por una supresión o disminución acentuada de la producción de orina (anuria u oliguria) y el desequilibrio humoral correspondiente, que comprende complejos desórdenes hidroelectrolíticos y una gran retención nitrogenada. De hecho, corresponde a la anuria de origen renal: anuria secretora. Puede tener su origen en muy diversas entidades patológicas (nefrosis tóxica necrotizante, necrosis cortical, sepsis, etc.); no obstante, existen unas normas terapéuticas comunes. El tratamiento de la fase oligoanúrica se basa en: aporte de agua regido según las pérdidas extrarrenales de agua; suministro de electrólitos (potasio, sodio); combatir la acidosis (bicarbonato sódico); aporte de calorías en cantidad y supresión del aporte proteico exógeno. Cuando la fase oligoanúrica está vencida, la secreción de orina (diuresis) suele aumentar rápidamente; en ese momento hay que prevenir la deshidratación y la pérdida de sales (fase diurética). En la insuficiencia renal aguda es frecuente tener que recurrir a la diálisis' peritoneal o al riñón artificial. En la insuficiencia renal aguda funcional (anuria prerrenal), inicialmente el riñón no está lesionado, pero condiciones hemodinámicas (de la circulación e irnpulso de la sangre) anormales dificultan su funcionamiento. Esta situación corresponde generalmente a dos grandes grupos de causas: trastornos circulatorios del tipo del choque y colapso, y trastornos hidroelectrolíticos del tipo de la deshidratación. El tratamiento es el de la causa responsable. También hay una insuficiencia renal aguda por obstáculo de las vías excretoras (anuria obstructiva), cuya causa más frecuente es la formación de cálculos o piedras (litiasis); el tratamiento suele ser la extracción del cálculo. La insuficiencia renal crónica consiste en una incapacidad persistente y progresiva del riñón para depurar el medio interno, con pérdida permanente de su capacidad de acomodación para la excreción adecuada de agua, sales y metabolitos. La circulación sanguínea renal y su organización funcional están totalmente trastocadas y, como resultado, existe un complejo trastorno humoral que se engloba con el nombre genérico de uremia o retención nitrogenada, que acompaña a todas las nefropatías. El tratamiento es sintomático; en él hay que considerar: la dietética general (calorías necesarias, con la producción de una mínima cantidad de residuos nitrogenados); el aporte de electrólitos (sodio, potasio, calcio); la terapéutica de la acidosis (bicarbonato); el tratamiento sintomático (síntomas urémicos); el de la nefropatía causal; el de la hipertensión, si existe; la depuración extrarrenal (diálisis peritoneal, riñón artificial), y la situación actual del problema de los trasplantes renales.
Imagen de Insuficiencia numero 1

INSUAClENCIA RENAl
En la insuficiencia renal se emplea el riñón artificial para depurar.
- insuficiencia respiratoria: incapacidad del sistema pulmonar para mantener las tensiones normales de oxígeno, anhídrido carbónico (C02) o ambos en la circulación arterial.
Existe insuficiencia respiratoria cuando los mecanismos fisiológicos pulmonares son incapaces de mantener dentro de los límites normales las cifras de oxígeno arterial, es decir, cuando existe hipoxemia (oxigenación deficiente de la sangre) de origen pulmonar. Esta hipoxemia podrá acompañarse de dificultades en la eliminación del anhídrido carbónico, en cuyo caso éste quedará retenido en el alveolo pulmonar y en la sangre capilar que lo rodea, de modo que la que abandonará el pulmón saldrá también con una presión arterial de CO2 aumentada (hipercapnia), debido a una alteración ventilatoria acentuada (hipoventilación alveolar). Es ló­gico, pues, clasificar la insuficiencia respiratoria en dos grandes grupos: sin hipercapnia (es decir, hipoxemia simple). llamada insuficiencia respiratoria parcial; con hipercapnia, o insuficiencia respiratoria global. A medida que el CO2 retenido vaya aumentando en la sangre, ésta irá volviéndose ácida (acidemia o acidosis ventilatoria descompensada). Como el organismo busca siempre un pH normal, lentamente irán aumentando los bicarbonatos del plasma, de modo que, aun cuando las cifras de presión arterial de CO2 sigan altas, el pH tenderá a normalizarse (acidosis ventilatoria compensada). En el tratamiento de los episodios agudos o de reagudización íntegra se trata la causa desencadenante (infecciones o intoxicaciones de los centros respiratorios, enfermedades broncopulmonares, etc.); se intenta mejorar la ventilación (cinesiterapia, oxigenoterapia); se estimula la ventilación (analépticos, ventiloterapia); se mejoran las condiciones circulatorias (sangría, digitálicos, diuréticos); se inicia un tratamiento general con antibióticos y corticoides, y se realiza un control biológico, humoral y nutritivo. Además, es imprescindible un tratamiento fuera de los episodios de reagudización (régimen de vida, profesión, tabaco, clima, régimen alimenticio, cinesiterapia y cura postural, tratamiento médico).
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El oxígeno necesario para el tratamiento de la insuficiencia respiratoria se proporciona mediante una cánula (izquierda) o con una mascarilla (derecha).
- insuficiencia suprarrenal: v. HIPOSUPRARRENALISMO.
- insuficiencia tiroidea: v. HIPOTIROIDISMO.
- insuficiencia tricuspídea: deficiencia en el cierre de una válvula tricúspide, causa del reflujo de sangre hacia la aurícula derecha durante la sístole.
En esta insuficiencia hay aumento del ventrículo derecho y de la aurí­cula derecha, así como del área de la cava superior; típica dilatación del cayado de los ácigos; soplo sistólico intenso en la región xifoidea y epigástrica; gran cianosis; pulso arterial blando; tensión venosa ele­vada. Puede ser primitiva (por causas reumáticas o por otras infecciones) o secundaria a otras lesiones cardíacas o pulmonares, que dilatan el ventrículo derecho haciendo insuficiente la válvula sin lesión del orificio.
- insuficiencia ventricular derecha: insuficiencia miocárdica del ventrículo derecho.
Se caracteriza por estasis hepática precoz, estasis venosa (visible sobre todo en las yugulares) con aumento de la presión venosa e intensa cianosis. Puede estar producida por: lesiones cardíacas, sobre todo del corazón derecho (estenosis mitral, lesiones de la válvula tricúspide, inflamación de las arterias coronarias, etc.); lesiones de la arteria pulmonar y de sus ramificaciones (cardíacos negros); lesiones cró­nicas del parénquima pulmonar (bronquitis y enfisema, escoliosis, asma, etc.).
- insuficiencia ventricular izquierda: insuficiencia miocárdica del ventrículo izquierdo.
Salvo en la estenosis mitral, el asma cardíaco y el edema pulmonar, este tipo de insuficiencia se debe a un fallo brusco del ventrículo izquierdo (insuficiencia ventricular izquierda aguda), el cual puede originarse por un debilitamiento agudo del propio miocardio (infarto de miocardio) o por una sobrecarga brusca en una cardiopatía izquierda (un factor usual desencadenante de sobrecarga es el decúbito supino durante el sueño). Ante este síndrome agudo, cuyo nudo es la estasis (disminución de la velocidad de circulación de la sangre) pulmonar aguda, el peligro es inminente, por lo que el tratamiento es de urgencia.
- insuficiencia vertebrobasilar: déficit circulatorio en el territorio de las arterias vertebrales y del tronco basilar.
Casi siempre se debe a lesiones debidas a un depósito de lípidos (ateroma) que producen un estrechamiento o una oclusión de la arteria. Da lugar a manifestaciones variadas, a veces desencadenadas por el esfuerzo o por las variaciones de posición, siempre transitorias y re
cidivantes, y que traducen el sufrimiento isquémico (consecuente a la detención de la circulación sanguí­nea) del tejido nervioso: dolor de cabeza en la región occipital, pérdida del equilibrio, trastornos visuales o motores, episodios de somnolencia o de amnesia, etc. La evolución es muy variable. Puede conducir a la cronicidad por insuficiencia circulatoria permanente.











Que significa insuficiencia en el diccionario de Medicina

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