f. Glándula accesoria del aparato genital, presente en número par y desarrollada de forma incompleta en el varón, cuya función es segregar leche para la nutrición del recién nacido. En la especie humana, el primer paso en el desarrollo de las mamas o glándulas mamarias se produce al final de la sexta semana de vida embrionaria, de modo que al tiempo de nacer ya está formado un sistema rudimentario de conductos que van de las diversas glándulas exoerinas al pezón; no obstante, por entonces no existe todavía una diferencia notoria entre el grado de desarrollo que alcanzan las glándulas en la niña o en el varón. Cuando se acerca la pubertad, las mamas de la hembra aumentan de volumen adoptando forma semiesférica y los pezones se hacen más prominentes; por otra parte, en el momento del embarazo se desarrollan las verdaderas unidades secretorias. Estos cambios de la mama femenina dependen de los estrógenos (hormonas estero ideas que aseguran los cambios que ocurren durante el ciclo menstrual) junto con algo de hormona lactógena, así como de la progesterona secretada periódicamente a partir de la pubertad. Los conductos principales de cada una de las muchas glándulas separadas que constituyen la mama, conductos ga/aetóforos, ascienden a través del pezón para abrirse en su vértice por orificios separados diminutos. Las muchas glándulas drenadas por los citados conductos constituyen los lóbulos de la mama, cada uno de los cuales está formado por varios lobulillos; por lo tanto, cada conducto galactóforo principal tiene varias ramas que, por hallarse en el interior de los lobulillos, reciben el nombre de conductos intralobulillares. Los lóbulos y lobulillos están separados entre sí por haces y tabiques de tejido conectivo, que, además, fijan firmemente el parénquima de la mama a la piel: son los llamados ligamentos suspensorios de Cooper, en los que se acumula la grasa. La piel que rodea el pezón, o areola, es de color rosa- 
Corte sagital de una mama, en el que se ven las glándulas mamarias.
do y su pigmentación aumenta durante el embarazo. Cerca de ella, y abriéndose en su superficie, hay glándulas sudoríparas de gran volumen que reciben el nombre de glándulas areolares (o glándulas de Montgomery). Al acercarse a la zona de convergencia, para penetrar en la base del pezón, los conductos galactóforos de los diferentes lóbulos de la mama se dilatan y reciben el nombre de senos /aetfferos, los cuales actúan como pequeños reservorios para la secreción láctea en el pecho lactante. La mama en reposo no contiene alveolos secretorios, estando formada solamente por un sistema de conductos, que aumenta a medida que progresa el embarazo; finalmente, en los extremos de las ramas menores de cada conducto se desarrollan alveolos secretorios, de forma que al final del quinto mes del embarazo los lobujillos están llenos de alveolos que los dilatan considerablemente. Con la expulsión de la placenta al final del embarazo, se inhibe el efecto supresor sobre la producción lactógena, y la hipófisis anterior empieza rápidamente a elaborar cantidades muy elevadas de esta hormona (v. LACTACiÓN). Después de la menopausia, la mama tiende a la atrofia progresiva, cuya causa principal se halla en la carencia de estrógeno y progesterona; el epitelio de algunos conductos puede proliferar, el de otros secretar y convertirlos en quistes. Las mamas pueden ser objeto de diversas anomalías del desarrollo, tales como la micromastia (desarrollo insuficiente), la macromastia (excesivo desarrollo) o la ginecomestie (aumento de volumen de la mama masculina, que se asemeja a la femenina). Entre las malformaciones congénitas, destacan: la polimastia (aumento del número de mamas), la politelia (aumento del número de pezones), la amastia (ausencia de una o ambas mamas) o la atelia (ausencia del pezón en una mama). Por otra parte, la mama puede verse afectada por inflamaciones (mastitis') yalteraciones por disfunción endocrina a causa de un desequilibrio en la producción de hormonas ováricas, con predominio de los estrógenos sobre la progesterona, que se caracterizan por la formación de quistes (mastopatía quística hiperplásica, mastopatía quística involutiva). Por último, la mama puede verse afectada de tumores benignos y malignos. Entre los primeros, el fibroadenoma' aparece en mujeres jóvenes y se manifiesta como un tumor duro, pequeño, bien circunscrito, fácilmente extirpable; el papiloma' de los conductos galactóforos, en cambio, es responsable de muchos casos de la llamada «mama sangrante», que se manifiesta por la salida de suero o de sangre por el pezón; debe ser extirpado rápidamente, porque puede evolucionar de forma maligna. Entre los tumores malignos de la mama, los más frecuentes son los carcinomas', siendo raros los sarcomas'. El carcinoma se difunde por vía linfática, invadiendo la circulación sanguínea; si es diagnosticado precozmente, las posibilidades de curación son notables; la máxima incidencia se da entre los 40 y 60 años. Cuando la mama pierde su aspecto propio, sea por causas patológicas o no, la cirugía plástica (mamoplastia) constituye un medio cada vez más extendido para reconstru i r estéticamente los senos, eliminando porciones de piel excedentes, llenando huecos mediante el empleo de sustancias semifluidas de baja reactividad biológica (siliconas), instalando prótesis subcutáneas, transportando colgajos cutáneos extraídos de otras zonas del organismo, etc.
