f. Capacidad de algunas sustancias de producir o favorecer el establecimiento de una lesión en el parénquima renal. Los agentes nefrotóxicos son numerosos; entre ellos se pueden distinguir los tóxicos endógenos y exógenos. De entre los tóxicos exógenos destacan: algunos metales pesados, como el oro, plomo, mercurio, arsénico, bismuto y uranio; disolventes orgánicos, como el tetracloruro de carbono y el alcohol metílico; antibióticos del tipo de los aminoglucósidos; hongos venenosos, etc. Una forma clásica de nefrotoxicidad producida por tóxicos endógenos es la que tiene lugar en el curso de la ictericia obstructiva crónica y la insuficiencia hepatocelular grave.