Fármacos psicodepresores o tranquilizantes mayo res que se utilizan en el tratamiento de las psicosis graves.
Los criterios que permiten clasificar a una sustancia como neuroléptica son varios: son sustancias que moderan la agitación psicomotriz y la ansiedad, ayudan a restablecer la interacción perturbada del paciente con su ambiente, no producen tolerancia ni dependencia física, logran su acción a dosis inferiores de las que se requieren para inducir el sueño, tienen una acción beneficiosa sobre los trastornos de la percepción que se consideran específicos de la esquizofrenia, producen una ligera disminución de las respuestas a los estímulos eferentes, producen efectos extrapiramidales cuando se les administra a dosis altas y descienden el umbral convulsivo. La clasificación de los neurolépticos puede realizarse atendiendo a su estructura química o bien teniendo en cuenta sus acciones clínicas. De acuerdo con su composición química existen cuatro grupos de sustancias neurolépticas: las fenotiacinas, butirofenonas, dibenzodiacepinas y reserpina. las fenotiacinas son un grupo de sustancias que poseen numerosos efectos centrales y periféricos. la sustancia que más se emplea en este grupo es la clorprornacina y sus acciones principales son las de bloqueo, ya sea adrenérgico, colinérgico, histaminérgico o serotoninérgico. la clorpromacina produce hipotermia, tranquilidad, potencia la acción de los anestésicos hipnóticos y disminuye la agresividad. Entre el grupo de las butirofenonas la sustancia más empleada es el haloperidol. El haloperidol es un neuroléptico polivalente de gran efecto sedante y antialucinatorio. Está indicado principalmente en las psicosis con componente alucinatorio o en estados de agitación psicomotriz. La reserpina se emplea cada vez menos por tener una serie de efectos adversos, como, por ejemplo, activar procesos ulcerosos. Entre las dibenzodiacepinas existe un numeroso grupo de sustancias: diacepam, loracepam, etc. El mecanismo de acción de los neurolépticos parece estar relacionado con el bloqueo que inducen sobre los receptores dopaminérgicos del sistema nervioso central. Estos fármacos se emplean en el tratamiento de las esquizofrenias y en el de otras psicosis delirantes.
