m. Sustancia propia de las vísceras. El término se utiliza, genéricamente, para designar los tejidos específicos de órganos tales como el hígado, bazo, riñones y pulmones, para distinguirlos de los tejidos de sostén, estrictamente conectivos. Así, por ejemplo, en un corte del hígado se observan, por un lado, cortes perpendiculares y oblicuos del árbol de tejido conectivo, cada uno conteniendo una rama de vena porta, arteria hepática y conducto biliar, junto con un linfático; por otro lado, un corte perpendicular u oblicuo de venas centrales o sublobulillares que alejan la sangre del hígado, y llenando todo el resto del espacio y constituyendo la mayor parte de lo que se observa queda la sustancia del hígado, es decir el parénquima hepático. El término parénquima proviene del griego y significa «algo que se vacía». En este caso, las células del parénquima son las que efectúan el trabajo del hígado.