m. Término genérico para designar las dermatosis de las cuales la ampolla constituye el elemento esencial, en las que la erupción vesicular es grave y de causa desconocida. El más común de los pénfigos es el pénfigo vulgar, que sobreviene en la edad media de la vida y se caracteriza por una erupción de ampollas llenas de líquido que predominan en los pliegues y llegan a alcanzar las mucosas, especialmente la boca. El pénfigo crónico benigno familiar, transmitido con carácter dominante, se caracteriza por placas eritematosas (enrojecidas) recubiertas de ampollas, localizadas en el cuello, axilas, ingles y regiones que rodean al ano y a los órganos genitales. El pénfigo eritematoso está caracterizado por la aparición, en la cara, de un eritema que recuerda ellupus* eritematoso. En el pénfigo foliáceo, las ampollas dan lugar a amplias placas irregulares de color rojo oscuro, recubiertas de pequeñas costras laminares y localizadas en la porción superior de la espalda y del pecho. En el pénfigo vegetante, las ampollas se rompen rápidamente dejando una excoriación que se recubre de vellosidades de consistencia blanda que proliferan en amplias placas. En el tratamiento de los pénfigos se emplean fundamentalmente los corticoides (la prednisona, por ejemplo). La necesidad de administrarlos en dosis elevadas hace que aumente el peligro de efectos colaterales, que aumenta con la prolongación del tratamiento y con las readministraciones de dosis más elevadas. Por ello, junto a los corticoides deben administrarse suplementos de sales de potasio, antiácidos, así como estrógenos o andrógenos para evitar la osteoporosis (una forma de desmineralización del esqueleto). Recientemente se utilizan también sustancias inmunodepresoras (v. INMU· NODEPRESORES) .
