Según la Biblia, para castigar a la humanidad, Dios envió sobre la tierra una inundación extraordinaria (diluvio universal) e hizo que perecieran todos menos Noé y su familia, quienes eran los únicos que estaban en gracia ante él. Esta creencia parece fundarse en el hecho real de que una terrible inundación azotó a Asia en tiempos remotos, hecho que figura en la tradición de todos los pueblos semíticos y arios.