En griego antiguo, ευρηκα (eureka, "¡lo encontré!") es según la tradición la palabra que gritó Arquímedes de Siracusa (físico y matemático griego que vivió en el siglo III aC.) cuando resolvió el problema conocido como "La Corona Dorada". Desde entonces se usa como expresión de triunfo al resolver cualquier tipo de problema que requiera un análisis para la solución.
"¡Eureka, se me ocurrió un ejemplo!."