Partícula subatómica con carga eléctrica negativa. El nombre es de origen griego por ηλεκτρον (électron "ámbar, de brillo dorado"), que parece más un homenaje a William Gilbert, quien lo usó en el siglo XVI para nombrar a la carga de energía que se generaba al frotar el ámbar, sin conocer la estructura de un átomo.
"... indesmayable arquitectura del gozo, agridulce brújula de insospechadas resonancias, baraja de doradas cartas: pez abisal, electrón, relámpago y alabastro sus cuatro palos... (Jesús Munárriz)"