La locución se refiere a una tarea pendiente que no se hizo por descuido, por desprolijidad que delata una mala factura, con hilachas como un hilo sobrante y sin atar en un tejido. Proviene de la náutica donde una aduja no debe tener un chicote salido del rollo. Otras definiciones refieren a un uso más amplio de la frase para "datos reconocibles que permitan descubrir un delito desprolijo", que es la misma locución aplicada en otra situación. Ver cabo, suelto.
"¿Imagináis el ansia con que avaro de salvación aprieta el cabo suelto? ¿Concebís el placer con que respira al percibir que el cable le retira de la salobre mar, y cuando vuelto en sí, seguro en el bajel se mira?"