Carpe diem es un latinismo que, como bien dijo nuestro compañero Francisco Valdez Mendoza en el 2012, tiene su origen en la oda 11 del primer libro de las odas de Horacio, poeta latino del siglo I a. C., entre las que también está el beatus ille, un elogio de la vida retirada. Carpe diem es un tema recurrente de la literatura universal con muchos matices interpretativos: una invitación a disfrutar de la vida que es corta. En nuestra literatura está presente en el Renacimiento (Garcilaso de la Vega y Fray Luis de León), en los poetas del Barroco y del Romanticismo. En nuestros días este tema se ha hecho popular por la película El club de los poetas muertos, protagonizada por Robin Williams.
"Disfruta cada día, no te fíes del mañana"
Locución latina del poeta romano Horacio, contenida en su obra Odas, I, 11. La versión original es «Carpe diem quam minimum credula postero»: Aprehende al día (presente), que (pues) mínimo crédito al posterior (traducción literal). Resumida, significa «aprovecha el día». Con cierta holgura, equivaldría a «no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy», o a «vive cada momento como si fuera el último». Carpe es el imperativo del verbo «carpere»: arrancar, captar, desgajar, recoger, tomar. Diem es el acusativo del sustantivo «dies»: día.