No creo que nadie use este neologismo fuera de un poema o una ironía, porque encima puede considerarse racista. En principio sería "alguien que ama el árbol de ébano o su madera", pero como esta tiene un color negro muy oscuro y característico, en América se decía en forma irónica que los tratantes de esclavos africanos eran «importadores de ébano»; y de allí viene la definición aportada por el colega Alberto, de comparar el color de la madera con el de la piel de las personas (varones y mujeres) con orígenes africanos. El resto del significado lo aporta el sufijo -filo, que se interpreta no solo como un afecto o afición sino también como una inclinación sexual hacia algo o alguien tomado como objeto.
"No sé de dónde voy a sacar un ejemplo de 'ebanófilo'."