Es un discurso político recriminatorio o condenatorio hacia una persona de poder. Si bien fue usado como título o adjetivo para distintas diatribas a lo largo de la historia, el origen está en los discursos pronunciados por el orador ateniense Demóstenes contra el rey macedonio Filipo II y su ambición de gobernar toda la Hélade (siglo IV a. C.).
"Así confortado y reanimado me entregué a escribir y formular mi defensa de las imputaciones que me hacía la primera Filípica. (Bernardino Orellana)"