Jesús sigue siendo mi alegría. Jesús, alegría de los hombres. Una delicia para nuestros oídos, una emoción desbordante para el alma, décimo movimiento de la cantata 147 de Bach. ¡Qué haríamos sin él! La cantata suele formar parte del repertorio musical en las bodas.
"Bach compuso Jesus bleibet meine Freude en Leipzig hacia 1723"