Bienestar físico y síquico colectivo, de todos los ciudadanos, que debe garantizar la sanidad pública, que pagamos todos con nuestros impuestos. La sanidad privada no puede sustituir a la pública. Puede atender a los que quieran pagarla, pero no debe imponerse a los que no la quieran. En todo caso debe ser una servicio social antes que otra cosa. La sanidad pública también es un servicio social pero gratuito y disponible para todos. También es cierto que todos debemos contribuir con nuestros impuestos a pagar los servicios públicos, tanto si los queremos usar como si no.