Locución verbal asturleonesa que también se usa en el resto de España para recriminar algún tipo de conducta inadecuada. Algunos completan esta locución con otra más variable: eres más tonto que Abundio, que vendió una oreja porque la tenía repetida./ Eres más tonto que Abundio, que vendió el coche para comprar gasolina./ Eres más tonto que Abundio, que cayó de espaldas y se rompió la punta el capullo.